Los ejercicios cardiovasculares, así como mantener la salud pulmonar y respiratoria, son clave para recuperarse del Covid-19 y para prevenir secuelas. La mayoría de las personas solo usa una pequeña parte de su capacidad pulmonar, sin embargo, al aumentar la duración de las inhalaciones y exhalaciones, también mejora la capacidad pulmonar.
Las personas adultas mayores que pueden y realizan ejercicio cardiovascular, mejoran la estructura y la función tanto del corazón como de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a reducir la presión arterial, la frecuencia cardiaca y los niveles de colesterol, lo cual, a su vez, disminuye el peso graso y facilita el control de los niveles de glucosa.
La metatarsalgia es una afección que produce dolor e inflamación en la bola del pie (metatarso). Se puede padecer esta afección si se participa en actividades como correr o saltar, pero también por deformidades del pie y por usar zapatos demasiado ajustados o demasiado grandes.
: Para las personas adultas mayores es fundamental contar con brazos y pecho fuertes y saludables, porque es más fácil continuar realizando actividades de trabajo y domésticas cotidianas.
Es recomendable hacer abdominales porque si tenemos esos músculos fuertes se reduce el dolor de espalda, mejora la postura, se previenen lesiones, mejora el equilibrio y la estabilidad y se respira mejor, entre otros beneficios.
Antes de planear qué gimnasia o ejercicios físicos queremos hacer en cuanto empiece el año, vale la pena reflexionar seriamente cuánto tiempo queremos dedicar a esta actividad en el día, en la semana, y cuáles son los objetivos a alcanzar.
Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como la caminata, el yoga, los pilates y la natación, pueden ayudarnos a bajar de peso, a mantener nuestro equilibrio corporal y estabilidad al movernos.
Estar en una silla de ruedas por padecer alguna discapacidad no limitan, necesariamente, las rutinas deportivas o de ejercicio físico. Hoy vemos algunos movimientos para este sector.
Las razones para que nos duela la espalda baja son comunes en nuestra vida cotidiana, como estar mucho tiempo de pie o sentado; tener mala postura; cargar cosas pesadas; no hacer suficiente ejercicio y tener sobrepeso.
Cuando se rebasan los 60 años, el dolor de cadera puede ser todavía más frecuente. Algunas de las patologías que lo desencadenan, son: artritis, lesiones o pinchamientos de los nervios. Hoy aprendemos juntos algunos ejercicios para aliviar este dolor.
Si tenemos alineadas orejas, rodillas, hombros, tobillo y trocánter, no padecemos ese síndrome; en cambio, si nuestras orejas están mucho más adelante que nuestros hombros, entonces quizá sí lo padezcamos.
La buena postura puede mejorar con tan sólo estar atentos en cómo nos sentamos, acostamos o caminamos; mantenernos activas o activos y con un peso saludable.
Hay quienes recomiendan, después de un día difícil, relajar o disminuir el estrés de la siguiente manera: acostarse y cerrar los ojos pensando lo menos posible, y enfocarse en la respiración.
La lordosis cervical, causante de que se requiera una rectificación cervical, casi siempre es ocasionada por malas posturas, enfermedades degenerativas, problemas congénitos, traumas o dolor por alguna lesión.
El síndrome piramidal es una contractura o sobrecarga del músculo en la parte profunda del glúteo que nos ayuda a rotar la pierna, lo cual comprime al nervio ciático.
Tan importante es el calentamiento previo a cualquier ejercicio como lo es el enfriamiento. En este sentido, recordemos que toda actividad física se debe de realizar según las necesidades y habilidades de cada persona, y siempre bajo la supervisión de especialistas.