Se ha comprobado que las personas que logran entrar a otros estados de conciencia, durante la meditación, pueden gozar de mayor paz y concentración, así como estabilizar la frecuencia cardíaca y reducir la angustia.
Algunos indicadores de riesgo podrían ser la edad; el género; el nivel educativo; la historia familiar de demencia; las quejas subjetivas de memoria; diversos problemas médicos (hipertensión y diabetes); las dificultades sensorio-motoras…
Hay que denunciar la violencia física, ya sea como resultado de la desesperación, maldad o crimen, en contra de las personas adultas mayores.
Hay grados de depresión: leve, moderada y grave. Lo mejor es atenderla de manera integral, es decir, desde una aproximación psiquiátrica con medicamentos, así como aplicando la perspectiva psicológica y conductual.
Nadie tiene por qué vivir triste ni con angustia: la ansiedad es bastante controlable, por lo cual es importantísimo detectarla a tiempo para comenzar un tratamiento profesional para combatirla.
Para señalar la importancia de la mente, basta con observar cómo superan las enfermedades quienes tienen una actitud más positiva, contra quienes se quejan todo el día.
El estrés también es producto de un organismo que no está liberando suficientes energías, entonces vale la pena considerar rutinas de ejercicio más fuertes cuando uno se sienta menos preparado para enfrentar situaciones complicadas,
Entre los mitos que sólo aceleran la falta de ejercicio cerebral en las personas adultas mayores, están: que les cuesta mucho el aprendizaje de nuevos temas; y que no se les debe someter a pensamientos extenuantes, a relatos difíciles.
Como lo señaló Charles Darwin, tanto orgánica, intelectual y psicológicamente, el movimiento es la esencia del proceso evolutivo. Y, sin embargo, entre más edad se tiene resulta más complicado el movimiento.
Las personas adultas mayores, con más razón, necesitan dormir las horas que requiera su organismo, y también es recomendable que lo hagan de la mejor manera para recuperarse y que durante el día tengan hábitos saludables que detengan los saldos desagradables de envejecer.
En México, la llamada dieta de la milpa es muy saludable cuando está exenta de pesticidas y químicos, y consiste en frijol, nopal, flor de calabaza, maíz y chile.
La salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social, y afecta la forma en la que pensamos, sentimos, actuamos, tomamos decisiones y nos relacionamos con las demás personas.
La ansiedad no es natural ni normal, sino una hermana de la depresión que debe de controlarse a toda cosa, puesto que de presentarse en la vida cotidiana solamente afecta nuestro sistema nervioso, emocional y psicológico.
La depresión es una enfermedad común, pero grave, que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar la vida, y es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
Para prevenir deterioros cognitivos debemos de tener una vida con ejercicio físico y socialización; entretenimientos y ejercicios intelectuales cotidianos; consumir alimentos y líquidos lo más sanos posible, y no dejar de explorar nuevas rutas de actividades, experiencias y situaciones.
No todas las personas que olvidan cosas o tienen mala memoria están enfermas. La excelente noticia es que se pueden hacer ejercicios y desarrollar estrategias específicas para fortalecer la capacidad y habilidad de la memoria.
En el cerebro humano se toman decisiones fundamentales para vivir. Por ello, la Dra. Citlaly nos comparte un decálogo muy práctico para mantenerlo saludable.
La salud mental es menos común de lo que pensamos. Se estima que aproximadamente 17 millones de adultos han tenido al menos un episodio depresivo mayor en fechas recientes, sobre todo debido a una neurotransmisión deficiente.
El sobrepeso, la obesidad y una vida sedentaria, además de acelerar el envejecimiento del cerebro, están asociados con la disminución cognitiva, la pérdida de memoria y la dificultad para el aprendizaje.
Texto: Con la edad, el cerebro, como todo órgano del cuerpo, se va desgastando. Es por ello que debemos de mantenerlo en forma, tal como lo hacemos con el resto del cuerpo.