Sabemos que el corazón es el motor de todo nuestro organismo, y es lógico que después de años de vida y de tanto trabajo, este músculo varíe su funcionamiento. Describamos con toda precisión qué hace el corazón y cómo lo hace[1]:

“El corazón es un músculo fuerte que bombea sangre al cuerpo. Un corazón adulto normal y saludable es aproximadamente del tamaño del puño cerrado de la mano. Al igual que un motor hace funcionar a un automóvil, el corazón mantiene al cuerpo funcionando. El corazón tiene dos lados, cada uno con una cámara superior (atrio) y una cámara inferior (ventrículo), el lado derecho bombea sangre a los pulmones para recoger oxígeno; el lado izquierdo recibe sangre oxigenada de los pulmones y la bombea a todo el cuerpo a través de las arterias. Un sistema eléctrico en el corazón controla la frecuencia cardíaca (latido cardíaco o pulso) y coordina la contracción de las cámaras superiores e inferiores del corazón.”

Ahora bien, lo más común en personas adultas mayores es que su corazón sea más sensible a esfuerzos no habituales y no pueda latir a ritmos de alta velocidad como en la juventud; también se suelen atrofiar las arterias y provocar arterioesclerosis; o bien, pueden ocurrir arritmias. Para todo esto resulta muy benéfico hacer ejercicio periódicamente, supervisado por la persona fisioterapeuta, así como tener una dieta reducida en sales y grasas.

En términos del corazón, lo que puede ocurrir con los años es[2]:

“…la capacidad de adaptación y de respuesta a los cambios del órgano afectado por el envejecimiento se ve disminuida. Y el corazón y el sistema cardiovascular en su conjunto no son una excepción a esta regla; con el paso de los años la capacidad de adaptación de nuestro sistema cardiovascular disminuye…”

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

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[1] https://bit.ly/3WntV8K
[2] https://fundaciondelcorazon.com/blog-impulso-vital/2540-la-madurez-de-nuestro-corazon.html