La clave es no dejar que el cuerpo pase demasiado tiempo sin estirarse o en una sola posición, y hacer conciencia de todas las partes del cuerpo que puedan ser estiradas: brazos, piernas, dedos, manos, pies, y todo lo que podamos sentir que no está contraído, sino estirado.
Los ejercicios para mejorar flexibilidad y elasticidad son diversos, sin embargo, hay que ser cuidadosos y hacer solamente los que se adecuen a nuestra capacidad y fisiología, sobre todo al principio, además de a nuestra edad.
Las muñecas suelen ser una parte de la mano que no trabajamos al hacer ejercicio, sin embargo, mantenerlas en forma puede reducir las posibilidades de lesiones, fracturas o lastimaduras más severas.
La flexibilidad física es la capacidad de movimiento de las articulaciones, y la elasticidad es la capacidad que le permite a los tendones, músculos, ligamentos, etcétera, adaptarse a estos movimientos.
Una mayor flexibilidad brinda una postura adecuada, mayor movilidad e independencia. Con realizar ejercicios de flexibilidad dos o tres veces a la semana, a los dos meses y medio puede sentirse más movilidad en la columna, un caminar más estable y flexibilidad en rodillas.