Mitos de la alimentación en el adulto mayor

La alimentación es un proceso biocultural, esto implica, entre otras cosas, que cada cultura tenga su propio concepto de “alimentación correcta” y que este cambie a través del tiempo. El término “alimentación correcta” engloba los conceptos de “dieta normal” y “dieta correcta”. En general, la idea de “alimentación correcta” define qué se debe comer, en qué momento y lugar, cómo se debe preparar, con quién se debe consumir, con qué y por qué. Sin embargo, en los últimos años, este proceso se ha modificado por otro denominado medicalización del comportamiento alimentario, que no solo se observa en el ámbito de la alimentación sino que es un proceso de medicalización de la vida.

Durante la vejez es necesario mantener una ingesta adecuada que asegure el aporte de macro y micronutrientes que contribuyan a un adecuado estado nutricional. Se recomienda incluir alimentos de elevada densidad nutricional en casos especiales en los cuales la ingesta no alcanza a cubrir los requerimientos

Las frutas y verduras son determinantes en el aporte de fibra, a la que se le reconocen beneficios fisiológicos y metabólicos los cuales varían de acuerdo con el tipo de fibra. Los alimentos ricos en fibra soluble han mostrado que mejoran la concentración de lipoproteínas y lípidos sanguíneos. En algunos estudios se ha encontrado que un aumento en el consumo de fibra soluble de 3 a 10 gr/día disminuye significativamente el colesterol total sanguíneo y las concentraciones de LDL (grasas malas) sin cambiar significativamente las concentraciones de triglicéridos y HDL (grasas buenas). Por su papel antioxidante se ha considerado que la mejor recomendación es consumir cinco porciones entre vegetales frescos y frutas. El mecanismo más importante atribuido a los antioxidantes es su capacidad para evitar la oxidación de las LDL y proteger el endotelio, disminuyendo su disfunción al preservar la producción y actividad del óxido nítrico.

El adulto mayor se enfrenta a cambios fisiológicos que determinan o condicionan su consumo de alimentos y su estado nutricional, otro factor de riesgo encontrado es el bajo consumo de frutas y verduras, lo que se considera un factor deteriorante para el estado de salud y nutrición y que puede contribuir a su proceso de fragilización. Se ha comprobado que el consumo de estos alimentos es útil para prevenir la hipertensión arterial sistémica, alteraciones en las grasas en sangre (dislipidemias) y diabetes, enfermedades de alta prevalencia en este grupo de edad

El bajo consumo de proteínas especialmente de proteínas de alto valor biológico, identificado en la frecuencia diaria de consumo representa otro factor de riesgo. Las proteínas son necesarias para el mantenimiento de la masa celular corporal, por lo que se recomienda la ingesta de alimentos ricos en este importante nutrimento como pollo, queso, huevo, semillas de linaza, ajonjolí, cacahuate, almendras, arroz, frijoles, lentejas.

Una dieta baja en sodio ayuda a mantener la presión arterial, y dietas bajas en grasa disminuyen la tasa de eventos cardiovasculares.

Se ha demostrado que una dieta rica en grasa saturada se asocia a niveles lipídicos sanguíneos altos y a una mayor presión arterial aspecto deteriorante para la salud.

En el adulto mayor el consuno de agua es importante ya que es determinante para diferentes procesos. La alteración de los líquidos y electrolitos en los adultos mayores se da en la mayoría de los casos por el bajo consumo de agua, esta alteración se exacerba por la disminución de sed lo que genera una menor ingesta de líquidos y una tendencia renal a una menor retención de agua.

Es importante resaltar que la conducta alimentaría en esta edad es difícil de modificar por diferentes factores, uno de ellos es la tradición, la cual da cuenta de aquellos valores y prácticas trasmitidos de generación en generación y que marcan pautas de comportamiento. Alrededor de la tradición confluye el pensamiento mágico religioso, además se comprometen automatismos culturales que pueden tener origen en las creencias, las cuales se configuran en las costumbres y se instalan en los hábitos. Esto incide en la alimentación ya que en esta, se materializan los recursos disponibles para la adquisición de alimentos, además de los atributos de diferente orden que culturalmente se da a los mismos.

MITOS

  1. Las formas de preparación y condimentación de los alimentos no influyen en la composición:

Esto es falso, ya que las distintas preparaciones culinarias a las que se sometan los alimentos determinan y modifican las características nutricionales de los mismos (ejemplo: verdura en ensalada frente a verdura guisada, etc.).

  • La dieta vegetariana es el prototipo de dieta sana:

Esto es falso, ya que la dieta exclusivamente vegetariana difícilmente puede llegar a ser una dieta equilibrada por la carencia de proteínas de alto valor biológico (proteínas animales), hierro de fácil absorción, vitaminas B y calcio. Para lograr un mínimo equilibrio se deben acompañar, al menos, de huevos y lácteos.

  • Las personas mayores, cuando están postradas en una cama apenas consumen energía:

Esto no es así, ya que aún en reposo o encamado se produce un consumo basal de energía, que es el gasto energético basal o gasto energético en reposo, que en presencia de enfermedades (infecciones, quemaduras, etc.) puede incluso estar aumentado.

  • La pérdida de apetito en los mayores no debe alarmarnos, ¿es algo normal?:

Es absolutamente falso y además debe constituir un signo de alerta que hay que controlar. A menudo traduce una enfermedad orgánica o psicoafectiva.

  • Las personas mayores necesitan menor consumo de agua:

Esto es absolutamente falso. Existe consenso científico en el que el “balance hídrico” (consumo de líquidos y líquidos eliminados) en adultos mayores sanos se sitúa en torno a 2,500mL de líquidos totales al día (agua potable o mineral, zumos, caldos, agua de los alimentos, etc.).

  • Cuanto más alimentos y nutrientes se ingieran mejor para el organismo:

Esto es falso. Las ingestas de alimentos y nutrientes debe cubrir el gasto energético total de cada persona, el cual depende de la edad, el sexo y, sobre todo, del grado de actividad física que realice. Los excesos conducen a problemas de salud como sobrepeso u obesidad.

  • Los frutos secos ejercen un efecto protector cardiovascular:

Verdadero. Se recomiendan dos nueces o cuatro almendras o avellanas o una cucharada de cacahuetes al día.

  • La fruta no engorda porque tiene muy pocas calorías, solo engorda cuando se toma de postre:

Esta afirmación genéricamente no debería realizarse, ya que el aporte de calorías a través de la fruta dependerá de la cantidad de frutas consumidas y del tipo de estas. Son frutas muy energéticas el plátano, que tiene 85kcal/100g, el aguacate 134kcal/100g, las aceitunas, la chirimoya, las uvas y el mango, mientras que tienen escaso aporte energético las que contienen mayor cantidad de agua: naranja, mandarina, pepino, melón, sandía, etc.

  • La miel engorda más que el azúcar:

Esto no es verdadero. Depende de la cantidad que se tome de cada una: 1g de miel aporta 3kcal, mientras que 1g de azúcar aporta 4kcal.

  1. El pan engorda:

El pan tiene un alto aporte energético, aproximadamente 260kcal/100g, por lo que su consumo debe ser moderado. Hay personas que tienden a comer pan compulsivamente y deben controlarse.

  1. ¿Cuál es la relación del huevo con el colesterol?:

El huevo es un alimento rico en colesterol, sobre todo la yema. Se pueden consumir 3-4 veces/semana, aunque el colesterol esté por encima de los niveles normales. Existen múltiples estudios que indican que otros factores, como el sedentarismo o el sobrepeso, tienen tanta influencia o más sobre el colesterol que la ingesta de huevo.

  1. ¿Se puede utilizar sin restricción todo el aceite de oliva que se quiera y no engorda?:

Esto es falso, ya que contiene la misma cantidad de calorías que otros aceites. La diferencia radica en el tipo de grasa que tiene, pues son grasas monoinsaturadas que evitan la arteroesclerosis. Por ello se considera un aceite saludable, pero no se debe abusar de su consumo, pues en exceso puede producir acumulación de calorías, que se traduce en exceso de peso.

  1. El aceite es más saludable que la manteca:

Verdadero, ya que al ser vegetal no tiene colesterol y la manteca, al ser de origen animal sí, tiene colesterol.

  1. ¿Los productos light o diet no engordan y son muy buenos?

No necesariamente. Ligth o diet, significa que el producto está reducido en alguno de sus componentes (grasas, azúcares o sales), lo cual no significa que aporten menos calorías. Hemos de ser cautelosos con las propiedades que se atribuyen. Existe mucha publicidad engañosa. Ha de tenerse especial cuidado con este tipo de productos ya que legalmente no existen.

  1. El vino tiene múltiples efectos beneficiosos: anticancerígeno, antioxidante, antiinflamatorio, protector cardiovascular, etc:

El único efecto científicamente demostrado es el efecto antioxidante por los flavonoides de su composición, especialmente el “transresveratrol”, y siempre que se consuma con moderación (2 copas de vino al día).

  1. Los productos naturales o ecológicos siempre tienen mayor valor nutricional que los no naturales:

Esta afirmación de forma genérica no puede mantenerse, ya que algunos productos no naturales tienen las mismas propiedades nutritivas que los naturales y además, desde el punto de vista higiénico, pueden ofrecer mayores garantías.

Bibliografía

Restrepo M, Sandra Lucia, Morales G, Rosa María, Ramírez G, Martha Cecilia, López L, Maria Victoria, & Varela L, Luz Estela. (2006). LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS EN EL ADULTO MAYOR Y SU RELACIÓN CON LOS PROCESOS PROTECTORES Y DETERIORANTES EN SALUD. Revista chilena de nutrición33(3), 500-510. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182006000500006

Solana, María del Carmen Suárez. Significado externo de “alimentación correcta” en México. Salud Colectiva [online]. 2016, v. 12, n. 4, pp. 575-588. Disponible en: ISSN 1851-8265. https://doi.org/10.18294/sc.2016.1103

Álvarez H. J., Cuenllas D. A., Gómez B. F., López Ibor A. M., Mañas M. M. C., Ruíz H. D., Sánchez Q. B.. Alimentación y nutrición saludables en los mayores Mitos y realidades. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología

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Especialistas

#LaConversación – Importancia del trabajo profesional en geriatría
Dr. Alberto Ávila Funes
Jefe del Servicio de Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán
Twitter: @geriatriainnsz

#QuieroSentirmeBien – La soledad en la persona mayor
Dra. Aida Díaz Tendero
Investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM
Correo: aidadi18@prodigy.net.mx
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Libro: Un pacto con la Soledad. Envejecimiento y vejez en la literatura en América Latina y el Caribe

Servir, acompañar, divertir, informar, valorar, visibilizar a las personas adultas mayores, ha sido uno de los objetivos de este nuestro primer año de trabajo en APRENDER A ENVEJECER. Hemos tenido muchos retos, para empezar que el tema se tomara como algo importante, mostrar las diferentes caras de la vejez. Otro gran reto fue tenerles cada domingo en nuestro estudio, y mostrar que además del danzón, las personas mayores bailamos todos los ritmos. Pero vino el “coronavirus” y nos alevantó. Entonces APRENDIMOS A ENVEJECER con la sana distancia, con tapabocas y con un protocolo de protección.

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Sirvan estas líneas para agradecer la oportunidad de pertenecer al programa “Aprender a Envejecer”, programa que refrenda el compromiso de la televisora del Instituto Politécnico Nacional, de aportar contenidos que sirvan a la sociedad mexicana; así como también para agradecer a todas las personas que a lo largo de este año se interesaron en la sección a mi cargo y reiterarles mi compromiso y apoyo para que día a día conozcamos juntos cómo poder hacer valer nuestros derechos.

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