Usted también puede darse a la tarea de conocer el mundo, su país, su ciudad. Las metas son individuales, como los sueños…
Busque en su mente, y en su corazón, las ideas que puedan alegrar sus mañanas. No empiece el año sin su proyecto de vida, al que tenemos derecho todas las personas mayores.
Habemos muchas personas a las que nos gusta alimentar la idea de que podemos hacer cosas por mejorar nuestro entorno, nuestras relaciones personales, ayudar a las grandes causas y contribuir a dejar este mundo un poquito mejor que como lo encontramos.
En viudez, en soltería, con divorcios, o bajo cualquier situación, las personas mayores también nos enamoramos y tenemos necesidades afectivas. ¿Por qué prohibirlas? ¿Por qué negarlas?
Tenemos que aprender a mirarlos, a mirarnos, con generosidad, entendiendo que el entusiasmo y la energía se manifiestan de muchas otras formas: con la constancia, el compromiso, la cercanía.
Escuchamos mucho que la vejez es un periodo lleno de pérdidas y enfermedad. Pero se les olvida reflexionar sobre un hecho importante: tenemos pérdidas y enfermedad a lo largo de toda la vida.
Durante decenios se difundió la idea de que en la vejez ya no aprendíamos, ya no producíamos, ya no servíamos. Los tiempos han cambiado, y ahora que la población envejece más rápido que nunca y se vive más años, tenemos que cuestionar las creencias respecto al trabajo y las personas mayores.
Nos sorprenden, nos maravillan con sus hazañas las personas mayores que terminan sus estudios, destacan en el deporte o en otro aspecto de la vida cotidiana, quienes lo único que han hecho es seguir viviendo y haciendo lo que aman, contra un mundo que les dice que no podrán.
El Concurso Nacional Literario “Memorias de El viejo y la mar”, invita a todas las personas mayores de 60 años a participar, en cualquier parte de la república mexicana.
Las personas adultas mayores seguimos construyendo nuestros países. No borre nuestras historias, reconózcalas.
Podemos influir en la forma en cómo envejecemos, mantenernos activos física, mental y emocionalmente augura una vejez con calidad de vida.
Desterremos del inconsciente colectivo esas falsas creencias que hacen ver a la vejez como un periodo de dependencia y apatía. Cada uno, con sus capacidades y a la edad que sea, puede seguir construyendo este país.