El pasado 8 de marzo, por primera vez en la historia de las manifestaciones por el Dia Internacional de la Mujer en nuestro país, participó un contingente de mujeres adultas mayores. Claro, las mujeres mayores siempre han estado presentes en estas marchas, pero este día tuvimos un contingente propio.
“Mujeres adultas mayores, presentes”, coreaban, ¿con qué objetivo? Uno muy básico: ser visibles y difundir que somos personas que merecen respeto a nuestros derechos: a la educación, al trabajo bien remunerado, a la salud, a la intimidad, a una vida libre de violencia, a no ser discriminadas por viejas, y otros tantos que hemos comentado en la sección Mis Derechos, en este mismo programa.
Contrario a lo que muchas personas piensan, las mujeres mayores no fuimos a vandalizar, ni a promover ningún desorden; al contrario: fuimos muy bien recibidas por las miles y miles de mujeres jóvenes, niñas y maduras que, primero, vieron con sorpresa la presencia del contingente, pero, ante las consignas, no pudieron hacer menos que aplaudir y dar la bienvenida. No fue un contingente muy grande, por lo que fue fácil compartir las diversas emociones: “Tengo ganas de llorar”, “Me enoja que hablen mal de la marcha”, “Vengo con mis nietas”, “De cuántas cosas me había perdido…”.
El 8 de marzo se conmemora mundialmente que las mujeres tenemos derechos, y las mujeres adultas mayores no somos la excepción.
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