Todos los días en las redes aparece un nombre y una sorpresa.  En México, “abuelita mixteca juega basketball”.  Doña Andrea García López de 71 años, sigue jugando basket para orgullo de su nieto. Doña Andrea es campesina y cultiva maíz y frijol, pero se da tiempo para entrenar desde hace 53 años.

En Italia, Giuseppe Paterno impactó al mundo porque a sus 98 años se graduó en Ciencias Filosóficas en la Universidad de Palermo, cumpliendo así su sueño de terminar una carrera. Sirvió a la Marina durante la Segunda Guerra Mundial y a los 90 años retomó el estudio, que culminó con notas muy destacadas. El siguiente paso, dice, será su primera novela.

Eddie Blocklesby de 79 años, es una deportista consagrada. La llaman Iron Gran porque tiene en su haber seis triatlones Ironman completos. Empezó su carrera a los 52 años y ahora trabaja para que otras personas mayores hagan ejercicio.

Y tenemos muchos nombres más con muchas sorpresas, que en realidad no deberían de serlo si tuviéramos otro concepto de la vejez. Nos sorprenden, nos maravillan con sus hazañas estas personas mayores, quienes lo único que han hecho es seguir viviendo, entrenar contra un mundo que les dice que no podrán. Personajes que muestran sus cuerpos sin temor y sí con mucho vigor: el vigor y la fuerza que les dan las ganas de vivir y seguir disfrutando.

Dejaremos de sorprendernos cuando veamos en la vejez simplemente una etapa más de la vida, para seguir haciendo lo que nos apasiona.   

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