La salud de las mujeres adultas mayores debe de estar balanceada entre las emociones, el cuerpo, la mente y la psique. Acudir a revisiones geriátricas y psicológicas periódicamente es muy recomendable después de cierta edad, para que las mujeres puedan estar sanas en todos sentidos y prevenir adecuada y oportunamente cualquier enfermedad.
En mujeres adultas mayores, los riesgos posteriores a la menopausia pueden asociarse a enfermedades cardiovasculares; osteoporosis; incontinencia urinaria; sequedad vaginal y aumento de peso. Sin embargo, la vida sexual de las mujeres no termina con la menopausia.
Las personas adultas mayores suelen padecer dolores crónicos, y lamentablemente pocas saben que hay clínicas especializadas en el dolor y que puede lograrse, gracias a los avances de la medicina, erradicarse el dolor crónico.
Los riesgos de la automedicación son muy serios y se han propagado porque nadie se autorregula al recomendar productos, o al ingerir productos recomendados por alguien más.
La automedicación es uno de los más comunes y socorridos problemas de la medicina moderna, ya que muchas personas tienen la tendencia a recomendar a otras suplementos o productos que les han caído bien, pero que no necesariamente son lo que la otra persona necesita.
La fragilidad física puede deberse a cinco criterios elementales: fatiga crónica autorreferida, debilidad, inactividad, disminución de la velocidad de marcha y pérdida de peso.
Con la edad, los huesos tienden a encogerse en tamaño y densidad, debilitándose y haciéndose más susceptibles a las fracturas. Puede que incluso baje un poco de estatura. Los músculos generalmente pierden fuerza, resistencia y flexibilidad, factores que pueden afectar la coordinación, estabilidad y equilibrio.
Algunos síntomas que pueden indicar que se está a punto de presenciar un evento cerebrovascular, son: problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos (vista borrosa o ver doble); problemas repentinos para caminar, falta de coordinación o tropiezos; mareos repentinos o pérdida del equilibrio; dolor de cabeza repentino, severo y sin causa conocida.
Llamada Parálisis agitante, estudiada por un médico inglés que lleva ese apellido, el Parkinson ataca con más frecuencia a hombres que a mujeres, y según se sabe, puede ser provocado porque las neuronas que producen dopamina mueren lentamente, y sin la dopamina las células que controlan el movimiento no pueden enviar mensajes apropiados a los músculos, lo que hace difícil controlarlos.
La rehabilitación geriátrica pretende aprovechar las capacidades residuales y anular secuelas invalidantes, con la finalidad de conseguir la mayor independencia e integración del anciano a su medio sociofamiliar. El trabajo interdisciplinar es garantizar su máxima autonomía.
La rehabilitación de la persona adulta mayor es una especialidad que ha tenido mucho éxito recientemente, sin embargo, es muy complicado convencer a alguien que no ha padecido seriamente las consecuencias del paso de los años, de prevenir y, antes de que ocurran crisis, prepararse o aprender a estar en óptimas condiciones para los años venideros.
La causa del herpes zóster es el virus varicela-zóster, el mismo que provoca la varicela, pues después de contraerla el virus permanece en el cuerpo de por vida. Años más tarde, puede reactivarse como herpes zóster, que no pone en riesgo la vida, pero puede ser muy doloroso.
Más común en las personas adultas mayores que en el resto de la población, el herpes zóster puede aparecer cuando se rebasan los 50 o los 60 años de edad. En los casos en los que se nota esta afección en la piel, y aunque se puede manifestar en cualquier parte del cuerpo, generalmente aparece como una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso.
Tomar mucha agua, ir al baño cuando se requiera, tener una sana alimentación, no fumar ni beber, hacer ejercicio y, quizá lo más importante para prevenir un problema prostático más severo, es no dejar pasar los exámenes anuales de sangre para ver si los niveles del antígeno prostático están en rango y, en caso de tener problemas, no demorar la visita al urólogo.
El principal factor de riesgo es tener elevados los niveles de ácido úrico en la sangre, más riesgo cuanto más altos sean éstos. Otros factores predisponentes son la obesidad, la hipertensión arterial, la toma de ciertos fármacos y la dieta rica en precursores del ácido úrico.
La obesidad puede ser considerada como una patología inflamatoria crónica de bajo grado. La buena noticia es que, si se logra controlar la inflamación generalizada de las personas con obesidad, es posible que también se controle el propio sobrepeso.
Es muy importante vigilar que las personas adultas mayores no padezcan vértigo, puesto que es factible que les ocasione caídas que sean muy difíciles de superar.
Algunos síntomas para detectar si nuestros riñones están fallando, son: fatiga crónica; tener frío cuando no hace; falta de aire sin haber hecho tanto esfuerzo; sensación de debilidad; poca claridad mental; mucha comezón; hinchazón en extremidades; cara inflamada; comida sabor metálico, etcétera.
La diabetes es una enfermedad grave. Seguir el plan de tratamiento para la diabetes conlleva un compromiso permanente, y los esfuerzos valen la pena. Un control riguroso puede reducir el riesgo de complicaciones graves, incluso aquellas que pueden poner en riesgo la vida.
La anemia es una afección en la cual se carece de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo. La anemia, también conocida como nivel bajo de hemoglobina, puede hacer que se sienta cansado y débil.