Las mujeres son el grupo poblacional con mayor tendencia la vulnerabilidad, debido a la desigualdad histórica que han vivido socialmente. La desigualdad de condiciones económicas, derechos humanos y exceso de responsabilidad en la llamada cultura de cuidados (y que se ha cargado a las mujeres) con frecuencia les ocasiona no atender su salud de manera oportuna, suficiente ni integral.

La salud de las mujeres adultas mayores debe de estar balanceada entre las emociones, el cuerpo, la mente y la psique. Acudir a revisiones geriátricas y psicológicas periódicamente es muy recomendable después de cierta edad, para que las mujeres puedan estar sanas en todos sentidos y prevenir adecuada y oportunamente cualquier enfermedad.

La actividad constante, la socialización y el aprendizaje de nuevas tareas colaboran con la salud integral de la mujer, quien es fundamental en la sociedad.

De acuerdo con estudios especializados, las representaciones sociales del envejecimiento recaen, cuando son negativas, en las mujeres, por lo que pueden o deben revertirse los estereotipos y promoverse “una visión positiva del envejecimiento de la mujer, para que en esta etapa de la vida se contribuya al reconocimiento del capital social que representa este sector de la población”[1].

Recordemos que, por ser las mujeres destinatarias, lamentablemente, de violencia por el solo hecho de ser mujeres[2], “debido a la situación desfavorable en la que se encuentran en el plano social, económico y político, tienen más obstáculos en la protección de su salud física, emocional y mental”.

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

[1] http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/publicaciones/Promocion-salud-mujer-adulta-mayor.pdf

[2] https://www.undp.org/es/argentina/news/g%C3%A9neros-y-salud-por-m%C3%A1s-inclusi%C3%B3n-cuidados-y-derechos

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