Se habla de abuso de confianza cuando se trata de una “ilegítima posesión de la cosa retenida si el tenedor o poseedor de ella no la devuelve a pesar de ser requerido formalmente por quien tenga derecho, o no la entrega a la autoridad, para que ésta disponga de la misma conforme a la ley”.
En México el abuso de confianza está normado por el Código Penal Federal, en el Libro Segundo, Título Vigésimo Segundo-Delitos en contra de las Personas en su Patrimonio y justamente el Capítulo II se dedica al Abuso de confianza, sobre todo en sus artículos del 382 al 385.
Es importante conocer esto porque, cuando se menciona la palabra confianza no necesariamente se relaciona con un delito o con una ley y, sin embargo, en los casos mencionados se trata de algo que debe de ser penalizado conforme a derecho.
Lamentablemente, el abuso de confianza de personas adultas mayores es algo común puesto que justamente hay quienes abusan de su posición frente a otras cuando se encuentran más vulnerables.
Como en el caso de los derechos humanos, los especialistas consideran que, cuando una persona tiene la impresión de que abusaron de su confianza generalmente así ha ocurrido. Los casos más comunes de abuso de confianza son, por ejemplo:
Que una persona empleada por otra haga uso del patrimonio de ésta como si fuera suyo; pedir que se presten servicios sin documentos por medio como contratos o convenios y después no remunerarlos conforme a lo acordado; pedir algo prestado y no devolverlo además de hacer mal uso de éste; vender por fuera un servicio que se promueve desde una empresa.
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