Cuando duele el que conocemos como talón de Aquiles es porque se ha desgarrado o está roto. Esto se conoce médicamente como tendinitis. Este tendón, aparentemente vulnerable, recubre y conecta los músculos de la parte trasera de la pantorrilla con el hueso del talón. Si se estira excesivamente, puede desgarrarse (romperse) total o parcialmente”; y es común que se llegue a escuchar que hay una tendinitis.

Prácticamente todo movimiento de pie, incluido caminar, puede verse afectado si se lastima el talón de Aquiles. La tendinitis del talón “es la inflamación severa de un tendón que ocurre en forma usual tras una lesión recurrente en articulaciones como la del tobillo”[1]. Existen muy variados ejercicios para aliviarla:

  1. Estiramiento de fascia plantar o pantorrilla: Siéntese con las piernas extendidas y las rodillas rectas. Coloque una banda elástica o una toalla alrededor de su pie justo por debajo de los dedos. Una toalla le proporcionará un estiramiento más eficaz. Sostenga cada extremo de la toalla o la banda con cada mano, con las manos por encima de las rodillas. Jale hacia atrás con la toalla o banda para que el pie se extienda hacia usted. Mantenga la posición por lo menos de 15 a 30 segundos. Repita 2 a 4 veces por sesión, hasta 5 veces al día.
  2. Estiramiento del dedo del pie: Siéntese en una silla y extienda la pierna afectada para que el talón quede sobre el piso. Lleve su mano hacia abajo y jale el dedo gordo hacia arriba y hacia atrás. Jale hacia el tobillo y alejándose del piso. Mantenga la posición por lo menos de 15 a 30 segundos. Repita 2 a 4 veces por sesión, varias veces al día [2].

 

 

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

 

 

 

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[1]https://bit.ly/4hZxElE
[2] https://bit.ly/3V8Ek7j

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