En esta ocasión hemos elegido algunas actividades para que usted las agende para el próximo septiembre.
En esta ocasión le brindamos dos sugerencias para que sigan conociendo y aprendiendo, para que se mantengan como personas activas y curiosas.
La vejez nos presenta la gran oportunidad de cumplir muchos de los sueños que se interrumpieron por el trabajo, por alguna enfermedad, por cumplir con los roles de la maternidad o la paternidad, o por falta de tiempo. El ahora puede ser el momento de estrenar sueños, de vestirme como yo quiera, de viajar a donde yo quiera, de salir a bailar, de ser yo.
¿Qué tienen que contarnos nuestras calles? ¿Cuántos mitos surgieron de ellas? Conózcalos en los Paseos culturales, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Esta mañana les queremos compartir información sobre varias actividades, para que vayan programando su agenda.
Este mes de abril le traemos algunas actividades para divertirse y salir de casa.
Hoy le tenemos algunas sugerencias para seguir aprendiendo, participando y, por supuesto, divirtiéndose.
Este Cafecito les propone acción. Hoy es su momento de aprender a bailar y a actuar, no hay tiempo que perder, la acción evitará la clásica cantaleta: ¡ay, si yo hubiera…! No deje colgados sus sueños, mejor vívalos.
Contrario a lo que se pensaba en otros años, la actividad, el movimiento, la acción, prolongan favorablemente nuestra vida y van conformando un proyecto que nos dirá qué hacer y cómo, para dejar este mundo un poco mejor de cómo lo encontramos.
En Aprender a Envejecer, nos gusta informarles sobre el trabajo que seguimos haciendo las personas adultas mayores en este país, y en el teatro no somos la excepción.
Como dice Rosa Parks, “saber lo que hay que hacer disminuye el miedo”. Y nosotros ya sabemos qué hacer: no bajar la guardia. Continuar con el lavado constante de manos o el uso de gel, portar correctamente nuestro cubrebocas y mantener la sana distancia.
Las ideas han cambiado y hoy sabemos que, para tener calidad de vida en nuestra vejez, las relaciones con otras personas son necesarias.
El miedo es una emoción natural, todos los seres lo experimentamos, pero no debemos de permitir que se adueñe de nuestra vida. El problema no está en cuidarse, sino en creer que fuera de casa estoy totalmente vulnerable.
“Tengo miedo a jubilarme”. Transformemos esas ideas preconcebidas, pues la vida continúa después de la jubilación con otros ritmos, otras experiencias, pero la vida sigue.
En esta cápsula, Patricia responde a la siguiente pregunta del público: “¿Cómo ayudar a una persona que no quiere hacer nada por ella misma?”
Aunque una persona viva sola, si mantiene sus contactos afectivos muy probablemente no tenga complicaciones. Sin embargo, el aislamiento y la falta de contacto social en su totalidad nos vuelve muy vulnerables tanto emocional como físicamente.
¿Le gustaría escribir sobre la violencia y el maltrato contra las personas mayores, y que además le publicaran su escrito? La revista Geronte, especializada en temas de vejez y envejecimiento, ha lanzado una convocatoria invitándonos a escribir sobre estos temas.