Hace un par de semanas presentamos en nuestra conversación el tema: “Libertad para morir, un derecho humano”, que también es el nombre de una asociación civil que trabaja para que, de manera formal, se discuta y legisle el derecho a la eutanasia y el suicidio asistido, pues este derecho ya es una realidad en otros países.

Retomo esta discusión porque me sorprendió el mensaje de un amigo televidente, que nos compartió lo siguiente (leo textual): “qué pena que den autorización a la eutanasia en contra de los de la tercera edad, va a haber un repunte de mortalidad”.

Nunca, en ningún momento, hablamos de matar a nadie. Mucho menos se habló de “acabar con las personas mayores”. Hablamos sobre la posibilidad de abrir una discusión seria en torno al tema, de legislar para que podamos ejercer y validar un derecho. Todo esto es opcional: uno decide, uno hace una elección. Jamás se habló de una obligación, de forzar e instigar a la muerte.

A veces (si el tema no nos interesa) o nos distraemos, o nos da miedo. Dejamos de escuchar. Escuchar, que significa: poner atención a lo que se dice, a lo que nos comunican. En este programa tenemos especial interés en la vida: en la salud, en la educación, en la diversión, entre muchas otras cosas, enfocado en las personas mayores. La eutanasia y el suicidio asistido no van en contra de nadie; más bien, están a favor de aquellas personas que quieren ejercer su derecho y libertad para morir. Vivir no puede ser, para muchas personas, una obligación, y mucho menos si lo hacen padeciendo una enfermedad incurable, o un dolor insoportable.

La libertad para morir: se buscará que sea un derecho, una opción. Nunca una obligación.

 

Comments are closed.