Es muy importante conocer los derechos humanos que tienen todas las personas, incluidos los de los adultos mayores, para así poder defenderlos. Nadie, por ningún motivo, puede discriminar a otra persona, por ello, tampoco se puede ejercer discriminación por edad.

No obstante, en los hechos, socialmente suele ocurrir que a muchas personas adultas mayores se les discrimina por diversas razones; por falta de reflejos o capacidad para entender ciertos mensajes; porque no escuchan; caminan despacio; no ven bien; no entienden a cabalidad algunos procesos, por ejemplo, los digitales; o porque se piensa simplemente que las capacidades de este sector están deterioradas. En muchas ocasiones se ha estereotipado a las personas adultas mayores, incluso se les adjetiva groseramente.

Lo que los adultos mayores pueden hacer para revertir este panorama es, primero que nada, conocer sus derechos, particularmente el de tener una vida digna. En segundo lugar, pueden denunciar directamente un maltrato o discriminación (en caso de que no se les quiera contratar o facilitar algún trámite que corresponda) ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET)[1] o solicitar asesoría gratuita al Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM)[2]; también se puede presentar una denuncia y solicitar apoyo en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED),[3] y ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)[4].

Es urgente difundir y crear conciencia sobre la no discriminación hacia ningún sector social ya que esta es un tema que afecta la igualdad de derechos que tienen todas las personas de una nación o Estado. Lamentablemente, las personas adultas mayores pueden y suelen ser discriminadas de manera múltiple, por edad y sexo; o falta de preparación escolar, lo que resulta inadmisible.

 

 

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[1] https://bit.ly/3UA6Mib
[2] https://bit.ly/3CoElgF
[3] https://bit.ly/3YPRl82
[4] https://bit.ly/4fxFelE

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