PARROQUIA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel de Allende fue fundado en 1542 en el corazón del estado de Guanajuato con el nombre de San Miguel el Grande, en honor a Fray Juan de San Miguel. A partir del siglo XVIII se convirtió en un importante centro comercial, industrial y agrícola gracias a la pujante industria minera y porque era un paso obligado para el traslado de la plata hacia la capital del país.

En esta ciudad monumental, el general Ignacio Allende se unió al padre Miguel Hidalgo en su lucha por conseguir la independencia de los españoles, por lo que a San Miguel de Allende se le conoce como la “Fragua de la Independencia mexicana”. Así, el 7 de julio de 2008 fue inscrita por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, debido a su aporte arquitectónico al Barroco.

En la plaza principal se encuentra la joya arquitectónica más admirada y símbolo de la ciudad de San Miguel de Allende: la Parroquia de San Miguel Arcángel, una interesante estructura de cantera rosa que se terminó de construir en el siglo XIX.

Cuenta la historia que en 1649 la iglesia de San Miguel de Allende se derrumbó tras un grave deterioro, por lo que en 1680 se puso en marcha un nuevo proyecto barroco-plateresco realizado por el arquitecto Marco Antonio Sobrarías, que culminó en 1709.

Fue hasta 1880 cuando se volvió a modificar su diseño y estructura, realizado por el albañil Zeferino Gutiérrez, quien al sobreponer una fachada neogótica sorprendió por la genial disposición de arcos ojivales, columnas espigadas, agujas y nichos con esculturas estilizadas. Zeferino se inspiró en la Catedral de Colonia, en Alemania.

Al interior del templo, decorado al estilo neoclásico, se conservan algunos lienzos con temas religiosos que han sido atribuidos a los hermanos Juan y Nicolás Rodríguez Juárez. En su entrada se erige una escultura de Fray Juan de San Miguel consolando a un indígena de las tribus chichimecas.

Para la construcción de la iglesia Zeferino Gutiérrez extrajo durante diez años cantera rosa de las faldas del volcán Palo Huérfano. Y a pesar de las críticas por crear una construcción neogótica que rompía con el estilo colonial de la ciudad, la parroquia abrió sus puertas en 1890. Zeferino murió de tifo el 23 de marzo de 1916 por una epidemia que sacudió a la sociedad durante la Revolución Mexicana.

En la actualidad, miles de personas de todo el mundo llegan a San Miguel de Allende para disfrutar el centro de la ciudad con sus jardines, así como admirar la majestuosidad de la parroquia de San Miguel Arcángel desde los portales. Incluso personajes distinguidos, como Pedro Vargas, han cantado misas en este lugar.

Debido a la belleza de esta ciudad colonial muchos extranjeros se han quedado a vivir en ella, pues además varias publicaciones internacionales la nombraron la Mejor Ciudad Turística del mundo en los años 2013 y 2017.

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