Invitado: Rubén Amador Zamora
Director de contenidos digitales de Memórica

El próximo 13 de agosto se celebran 500 años de la caída de lo que conocemos hoy como México-Tenochtitlan. “México encara el fantasma de la Conquista”, de acuerdo con la doctora en antropología Raquel Urroz, quien destaca que debe entenderse “que hace 500 años México no era una entidad unitaria a modo de una sola nación indígena”[1].

Es decir, no solamente las palabras y los conceptos han cambiado, sino que nuestras filias y fobias hacia vencedores y vencidos se basan más en las ideologías actuales que en lo que pudo haber acontecido históricamente hace tantos años.

Ejemplo de lo anterior es el dato tan conocido respecto a la conquista de Tenochtitlan, no tanto gracias a la batalla que dieron algunos centenares de españoles, sino a causa de los miles y miles de tlaxcaltecas que se unieron con los españoles en contra de los mexicas, entonces empoderados en la gran ciudad. Es decir, pensar que los españoles ganaron las batallas solos en contra de nuestros antecesores mexicas, pues no es tan correcto.

Otro argumento semejante en donde las palabras, los conceptos y los hechos toman otro cariz de acuerdo con las herramientas de conocimiento, léxico, cultura e ideología del momento, es el controversial hecho denominado por la mayoría Descubrimiento de América, que en voz del padre de la historiografía en México, Edmundo O’Gorman, en realidad debe llamarse la Invención de América.

En palabras sencillas, el argumento lúcido y genial de O’Gorman –por el cual entró en sabias polémicas con pensadores de la historia en todo el mundo y en el propio México– se centra en que no se puede descubrir lo que no existe: América es algo nuevo, un invento y constructo hecho de colonizaciones y conquistas, expectativas y ambiciones, sueños e idealizaciones, todo sobre algo que estaba y que no era, como se pensaba, lo que se llamaba Las Indias.

Así pues, es interesante hoy en día pensar en los 500 años de un hecho histórico en el cual lo que parece incambiable es que estaba en el centro la ciudad de Tenochtitlán, la cual, después de ese evento, cambió su fisonomía y régimen de gobierno.

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[1] https://www.infobae.com/america/mexico/2021/08/10/a-500-anos-de-la-caida-de-tenochtitlan-mexico-encara-el-fantasma-de-la-conquista/

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