Aunque el tema no es el más apto para las conversaciones sociales, ir al baño, defecar, es algo fundamental para preservar la salud que puede complicarse con la edad, y entonces ocurre el llamado estreñimiento.

Éste se debe, sobre todo, a factores como los siguientes: cambiar de dieta a una con menos fibra; se disminuye o reduce la movilidad y, por tanto, el cuerpo y los órganos entran en un modo más estático; se ingieren medicamentos con mucha frecuencia (algunos de los cuales, aunque no lo sepamos, pueden afectar el proceso digestivo)[1].

También puede influir en la capacidad o frecuencia de ir al baño el que éste sea poco accesible o sea difícil trasladarnos a él; el estado de salud mental que se tenga; el tipo de alimentación muy baja en fibra y el cambio de hábitos y costumbres.

“El estreñimiento no es una enfermedad sino un síntoma de otros problemas”[2], y por cuestiones fisiológicas suele afectar más a las mujeres que a los hombres.

Las formas más sencillas de evitar el estreñimiento son: llevando una dieta alta en fibra; haciendo ejercicio y no dejar de caminar o moverse; tomar mucha agua; respetar las rutinas de alimentación y de hábitos para ir al baño, así como evitar al máximo el estrés.

Cuando se requiera consumir laxantes es importante que estos sean naturales, y si no lo son, hay que ser muy cuidadosos con lo que se esté tomando y con qué frecuencia. Como siempre, recomendamos jamás automedicarse.

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.


[1] https://www.personamayor.org/consejos/cuidados-para-evitar-el-estrenimiento-cronico-en-las-personas-mayores/

[2] Ibid.

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