Parece mentira, pero las personas adultas mayores están mucho más capacitadas para controlar y manejar el estrés que las jóvenes. Sin embargo, no siempre están conscientes de estar padeciendo demasiada angustia o estrés y por lo anterior, no lo mantienen a raya.

Manejar el estrés es fundamental para poder tener una salud óptima y evitar sufrimiento emocional.

El estrés se genera, sobre todo, ante circunstancias que están fuera de nuestro control y que no van de acuerdo con nuestras expectativas. Es por esta razón, que la experiencia de muchos años puede orientarnos para saber cuándo las cosas pueden modificarse y cuándo no. Un viejo refrán mexicano decía que si alguien padece algún problema: “si tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿para qué te preocupas?” Esto significa que es mejor ocuparse en resolver problemas, o bien, enfrentarlos desde otra óptica. Las claves para poder manejar o controlar el estrés son muy sencillas, pero hay que practicarlas:

Primero que nada, debe hacerse una autoexploración para ver y reconocer que estamos padeciendo demasiado estrés, que nos está rebasando. Una vez que detectamos que esto ocurre (nos provoca angustia, insomnio, miedo, imposibilidad de concentrarnos, falta de paz), podemos comenzar a hacer respiraciones profundas con ojos cerrados, lentamente, en varios pasos, reteniendo el aire entre inhalación y exhalación. También es muy necesario, de ser posible, hacer ejercicio, caminar, bailar, movernos sin lastimar al cuerpo o forzarlo, pero de manera constante y escuchando nuestra respiración. Cuando alguien ya no tiene movilidad es muy importante que comience a respirar y utilizar su mente, imaginando su cuerpo como si sí tuviera la movilidad que no tiene.

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

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