Cuando las personas mayores enfrentan violencia, ya sea emocional, psicológica o física, pueden tener más herramientas de experiencia para combatirla, pero también en algunos momentos son más vulnerables, puesto que dudan de sus propias capacidades orgánicas y de salud mental.

En términos de emociones y mente, las personas adultas mayores tienes sus propios problemas causados por la edad, pero también tienen toda una vida de experiencia sobre el trato y el maltrato humano (cuando no se está hablando de un sometimiento sumamente violento) y pueden recurrir a defenderse o a denunciar. Es muy importante hablar con las personas adultas mayores a nuestro alrededor, con nuestros parientes cercanos, para advertirles que por ningún motivo pueden ser violentados, de ninguna forma por ninguna persona, ya sea familiar o persona cuidadora. Los derechos humanos de las personas adultas mayores tienen que ser íntegramente respetados como los de cualquier otra persona.

Cuando se trata de violencia física, por desesperación, maldad o crimen, en contra de las personas adultas mayores, por considerarlas o verlas vulnerables, la indicación también es contundente y hay que denunciar, de manera anónima o con nombre, pero no podemos dejar que este grupo etario esté a expensas de personas que abusen de ellas y ellos. Para prevenir los casos de violencias debemos de estar pendientes de las personas adultas mayores y también debemos supervisar a quienes las cuidan, hablar con ellas y ellos para saber cómo están, vigilar que su estado anímico no decaiga y llevarlos con cierta periodicidad a terapias con profesionales que pueda darnos un diagnóstico sobre su estado psicológico y emocional.

 

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

Comments are closed.