Desde tiempos inmemoriales, por diversas causas, las personas se han visto en la necesidad de sustituir algún órgano o miembro del cuerpo con otro elemento extraño, pero que le ayude a seguir funcionando.

A este tipo de materiales, herramientas o cuerpos se les llama prótesis,y hay tres principales aspectos que el paciente debe de tomar en cuenta para saber si le conviene o no recurrir a una prótesis, y tomar una decisión: cuándo se requieren; cuáles son los límites y alcances de la prótesis; y en cuánto tiempo caduca.

Rodillas, senos, cadera, manos, dientes, brazos, dedos y hasta corazones se han desarrollado con tecnología de punta para poder recuperar las funciones de las y los pacientes que así lo requieren.

La edad y la capacidad de cada persona para adaptarse a las prótesis es algo también muy importante para tomar en cuenta.

Tal vez las prótesis más utilizadas son las dentales; las hay fijas y removibles, y se ocupan[1] para rehabilitar las funciones fisiológicas que se pierden por falta de piezas, como la adecuada masticación (y por ende digestión), pronunciación, deglución.

Es importante acudir con un especialista en prótesis, ya sea para el implante de fijas o removibles, desde la colocación de una corona o hasta las dentaduras completas que se quitan por las noches, y que hay que cuidarlas mucho en términos de higiene.

Entre las prótesis dentales fijas se encuentra la siguiente clasificación: coronas o puentes; prótesis fijas sobre implantes y las prótesis híbridas sobre implantes[2].


[1] https://www.consejodentistas.es/ciudadanos/informacion-clinica/tratamientos/item/177-informacion-sobre-protesis.html

[2] Ibid.

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