La estabilidad y el equilibrio en las personas adultas mayores suelen llegar a fallar. El problema no es menor, porque esto significa el aumento en los riesgos de caídas y las consecuencias negativas de éstas, así como comenzar a frenar la movilidad y, por ende, la socialización de las personas.

Es por eso que una de las acciones más importantes a llevar a cabo con las personas adultas mayores debe de estar centrada en “mejorar las múltiples dimensiones del sistema del equilibrio”[1].

Los espacios preparados para realizar estas tareas también pueden variar, de acuerdo a la gravedad de los cambios, debido al envejecimiento que se experimente, la disminución de la agudeza visual, el tiempo de reacción, la marcha oscilante, los trastornos reflejos de enderezamiento del cuerpo.

El equilibrio es “el proceso por el cual se controla el centro de masa del cuerpo respecto a la base de sustentación: estática o dinámica. Estático se refiere a aquellos procesos del cuerpo en los que la influencia de todas las fuerzas y los movimientos se equilibran entre sí; y dinámico: es el estado estacionario en el cual dos procesos en sentido contrario se equilibran[2]”.

Entre las actividades que están reguladas por el equilibrio se encuentran:

“… sentarse y pararse, subir y bajar escaleras, que constituyen la base de una vida activa y sana. Las dificultades de los múltiples sistemas que contribuyen a la estabilidad ortostática no solo limitan el alcance y tipo de actividad física en los adultos mayores, sino que provocan caídas que restringen aún más la actividad y que poseen profundas consecuencias psicológicas, por lo que esta estrecha vinculación entre las dificultades del equilibrio y el aumento de las caídas, sugieren la necesidad de que se realicen programas o clases sistemáticas y específicamente basadas en lograr mejorías en este sentido”[3].

Estar pendiente del equilibrio corporal y practicar, con mucho cuidado, para mantenerlo mejor (parándose sobre un pie y luego sobre otro, sostenidos para no ponerse en riesgo), es algo fundamental que puede hacerse de manera simple y en casa, con asesoría de especialistas en la materia.

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.


[1] http://www.revrehabilitacion.sld.cu/index.php/reh/article/view/245/369

[2] Ibid.

[3] Idem.

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