Cada organismo humano contiene en sí mismo un universo de microorganismos, de microbios y bacterias, específicamente. Desde hace algunos años se ha puesto de moda alimentar de mejor manera, con una dieta más nutritiva, a los microorganismos que nos habitan. Ése es el caso del microbioma gastrointestinal, espacio en el que residen casi mil tipos de bacterias, sobre todo en el intestino grueso[1].

Generalmente, las bacterias y los microorganismos (buenos o malos) son transmitidas a nuestros cuerpos mediante otros seres vivos (animales de compañía, nuestras madres, etcétera). Sin embargo, estos microorganismos también se pueden consumir directamente.

El ecosistema de nuestro intestino, el microbioma, se encuentra más sano entre mejor se alimente a las más de mil especies que lo habitan.

De acuerdo con la Clínica Mayo, existen “dos maneras de mantener este equilibrio nutritivo: ayudar a que crezcan los microbios que ya están allí dándoles los alimentos que les gustan (prebióticos) y añadir microbios vivos directamente a tu sistema (probióticos).” [2]

Los probióticos “contienen organismos vivos, generalmente cepas específicas de ciertas bacterias que se añaden a la población de microbios sanos en el intestino”. El más común de los probióticos o el más conocido es el yogurt[3]. Sin embargo, “el chucrut, la kombucha y el kimchi también son buenas fuentes de probióticos”.

El síndrome del intestino irritable, u otro tipo de padecimiento digestivo, pueden mejorarse con la ingesta de probióticos. Es importante consultar con un especialista profesional en nutrición o con la médica o el médico de cabecera antes de consumir cualquier suplemento.

También se debe de saber que cada persona puede requerir muy distintos probióticos o bacterias (por ejemplo de lactobacilos, de los cuales hay más de 120 tipos), de acuerdo al padecimiento que se desee tratar[4].

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.


[1] https://www.reactgroup.org/wp-content/uploads/2019/02/Microbiome-ficha-te%CC%81cnica-espan%CC%83ola.pdf

[2] https://www.mayoclinic.org/es-es/prebiotics-probiotics-and-your-health/art-20390058

[3] Ibid.

[4] Ídem.

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