Hace ya décadas que se promueve en el país un mes para que todas las personas que no tengan hecho un testamento puedan hacerlo. Es muy recomendable no esperar necesariamente a ser una persona adulta mayor muy avanzada de edad, sino elaborar el testamento en cuanto se tenga conciencia y responsabilidad para documentar alguna herencia.

Hacer un testamento es un acto de orden, sistema y de quitar posibles problemas (de pleitos y dificultades) a las personas herederas. Los testamentos siempre se pueden cambiar, modificar y eliminar. Sin embargo, ante la falta de un testamento, muchas familias entran en una dinámica de conflicto.

Un testamento es “un instrumento legal que es otorgado ante un Notario o Notaria, en el que se manifiesta la voluntad sobre el destino que tendrán nuestros bienes y derechos para después de nuestra muerte; es la herramienta ideal para garantizar la seguridad jurídica de nuestros seres queridos”[1].

Es importante recordar que nadie puede hacer el testamento por una o uno, es decir; es algo personal; es algo totalmente libre y es desde luego revocable, como decíamos anteriormente.

Los beneficios de tener un mes destinado al testamento es que las notarías y los notarios pueden “extender sus horarios de atención, brindan asesoría jurídica gratuita en materia testamentaria a las personas y reducen los costos del testamento para facilitar y fomentar su otorgamiento”[2].

Para contactar a las y los notarios se tienen estos datos:

En la Ciudad de México pueden comunicarse al Colegio de Notarios de la Ciudad de México al teléfono 55- 55-11-18-19; para el resto del país, se pueden comunicar al Colegio Nacional del Notariado Mexicano, A. C., a los teléfonos: 55-55-14-60-58 y 55-55-25-64-15.


[1] https://www.gob.mx/testamento/articulos/septiembre-mes-del-testamento-122213

[2] Ibid.

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