Para cualquier persona, tener propiedades significa construir un patrimonio de vida; sin embargo, en la medida en la que no están regularizados los documentos de las propiedades que se poseen, en lugar de tener bienes que sirvan al capital de la persona, pareciera que se adquieren problemas que pueden afectar dicho patrimonio. Esto dicen las y los notarios[1]:

…Las ventajas de contar con una escritura pública como título de propiedad e inscribir esta misma en el Registro Público de la Propiedad son muchas, la primera de ellas y la más esencial es tener un título que acredite la propiedad frente a terceros y así, estar en posibilidades de llevar a cabo cualquier acto: rentar, hipotecar, vender e inclusive en un futuro, facilitar el trámite de la herencia del propietario del inmueble en cuestión…

Además de tener actualizada, en regla, en orden la escritura pública de todo bien que se tenga, hay que tenerla a la mano, digitalizada en un respaldo que pueda estar en otro lugar que no sea el mismo en el que está en papel (esto es muy útil para casos de siniestros, fenómenos naturales como sismos, huracanes, incendios) y que las personas de nuestra confianza sepan en dónde se encuentran los documentos.

En la medida en la que se tengan regularizados y en orden los documentos de las propiedades, éstas pueden ser susceptibles a: cesión de derechos, herencia o bien otorgamiento de poderes.

Para conocer más sobre cómo tener todo en orden, se recomienda acercarse al Colegio de Notarios de la Ciudad de México, “en donde se le podrá orientar de manera gratuita”[2].


[1] https://www.realestatemarket.com.mx/noticias/30892-la-importancia-de-la-regularizacion-de-la-propiedad

[2] Ibid.

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