Donación de órganos
Millones de personas en el mundo se encuentran registradas para donar órganos[1], idea cada vez más habitual entre la población, aunque no por ello se eliminan los grandes mitos que impiden que muchos órganos lleguen a quienes los necesitan.
Para acabar con esos obstáculos es muy recomendable inscribirse o pensar a tiempo en la posibilidad de la donación de órganos –en caso de contar con la anuencia médica necesaria–, puesto que con ello se colabora de manera directa con la salvación de otra vida humana.
Entre las razones más comunes para no donar se encuentran las siguientes: restricciones que dictan algunas religiones[2]; que en el hospital no harán todo lo posible por salvar la vida si se es donante; sólo las personas millonarias reciben el órgano donado; la familia no podrá tener un funeral con ataúd abierto; si se cae en coma extraerán el órgano a donar; y, el enunciado que más nos importa descartar en este texto: “soy muy vieja o viejo para donar”.
Tener una edad avanzada es uno de los mitos más grandes en torno a la donación. Está comprobado que no existe un límite de edad para donar ni para inscribirse como persona donante, siempre y cuando no haya ciertas condiciones muy graves de salud que, reiteramos, pueden consultarse con el personal médico de su preferencia.
Entonces ¿quién no puede ser donadora o donador de órganos?
Las y los menores de edad, personas que no hayan decidido serlo, mujeres embarazadas, personas con algún virus o bacteria activos, enfermos con una salud muy deteriorada o con tumores malignos.
A excepción de los casos anteriores, está abierta la invitación para decidir ser donante, de preferencia, lo antes posible[3].
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien
APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre
recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite
automedicarse.
[3] http://cenatra.salud.gob.mx/transparencia/donacion_como_puede_ser_donador.html
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