La cultura individualista y de eterna competencia no ha favorecido la creencia de que todas las personas somos iguales, todos con los mismos derechos para vivir una vida digna.

Las personas adultas mayores, como el resto de las personas, no necesariamente están familiarizadas con las normas y compromisos constitucionales que tiene México sobre el respeto irrestricto y progresivo de derechos humanos para toda la población.

Lo anterior significa que toda persona adulta mayor tiene derecho a no ser abandonada, a una vivienda y vida dignas, sin discriminación ni violencia, y a ser cuidada y apoyada para poder gozar de todo ello.

Ser cuidado o cuidada con dignidad implica una serie de acciones que se deben de conocer para poderse solicitar o exigir. Por ejemplo, las personas adultas mayores[1]:

…No deben de ser tratadas con condescendencia; deben de ser auxiliadas cuando tengan confusiones; pueden ser tratadas con amabilidad, sin que se les tengan que decir verdades hirientes, y también ser tratadas de la manera más normal posible. Finalmente, se debe de estar atento a que las personas no estén sufriendo una profunda depresión, lo cual es normal a cierta edad…

El cuidado con dignidad también implica ternura y acompañamiento emocional, pues dejar a alguien sintiéndose triste o solo de manera permanente es algo que no abona en una vida o cuidado dignos, más allá del “respeto y la estima que toda persona merece como ser humano”[2].

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud promueve también especial atención al cuidado de personas con demencia o problemas cognitivos, porque son las más susceptibles de ser maltratadas por quienes las deben apoyar y acompañar.


[1] https://www.serproen.cl/2019/12/respetar-la-dignidad-en-adultos-mayores/

[2] Ídem.

Texto completo adjunto

Comments are closed.