Quizá pocas mujeres tan virtuosas de la voz tienen también la gracia y alcanzan los tonos agudos, como ocurre con la peruana-mexicana, Tania Libertad. Mejor conocida por su inaudita interpretación de Alfonsina y el mar, canción que en eventos privados o públicos solía cantar a capela de manera fantástica, y la cual evoca la vida tormentosa y artística de la poeta argentina Alfonsina Storni, quien se suicidó al ser diagnosticada con cáncer.

Tania Libertad, parte de las voces femeninas del canto latinoamericano, supo darle un giro a los boleros y hacerlos únicos con su estilo. Nacida en 1952, con una personalidad singular, de acuerdo con su biografía oficial[1]:

…Su música ha sido ampliamente difundida por todo el mundo. Domina géneros tan variados como música negra peruana y la música criolla peruana, baladas, boleros, canciones de protesta, Nueva Trova; ha musicalizado poemas de Mario Benedetti, Pablo Neruda, Juan Gonzalo Rose; interpreta además arias de ópera, salsa, rancheras, música brasilera y latinoamericana en general.
Es integrante de la World Music y ganadora del Grammy Latino. Ha sido nombrada Artista de la UNESCO por la paz y condecorada como Comendadora por el Gobierno de Perú, y con la Orden del Río Branco por el gobierno de Brasil…

Reside en México, y sus interpretaciones de Chabuca Granda son inigualables. Entre sus álbums destaca el que canta a Armando Manzanero, el que canta a José Alfredo Jiménez y el famoso de finales de los 80, Trovadicción.

En el 2017 diseñó un concierto titulado 100 violetas para la esperanza, en el Teatro de la Ciudad, justo en el centenario del natalicio de Violeta Parra y a 99 años de la apertura del teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México.

La cultura popular y la canción de finales del siglo pasado en voz de una intérprete mujer, simplemente no se entenderían sin Tania Libertad.


[1] https://www.ecured.cu/Tania_Libertad

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