La escultura de la artista plástica Maribel Portela, nacida en la Ciudad de México en 1960, se ocupa de lo inmediato natural, y ha encontrado en la huella de la flora mexicana su propia taxonomía, como una de las más talentosas artistas contemporáneas en su género.

Más de cien exposiciones en México y decenas a nivel internacional[1] dan cauce a la forma orgánica que Portela repite a manera de ritornello y auxilio artístico: creativo, único, mediante el cual abraza a la naturaleza, los capullos, las flores y hojas, que danzan con el aire y la tierra.

El universo vegetal, orgánico, lo vivo de Portela, le ha conferido una reputación fantástica en la que cabe, por ejemplo, su muestra Jardín onírico, en la que decenas de flores y tallos de barro se irguieron por el arte mismo de ser y hacer obra.

Los materiales con los que crea le son fundamentales y trabaja con “bronce, papel, cerámica, madera”[2]. Para esta artista la escultura “tiene muchísimas posibilidades, ya que es un campo donde hay interacción importante porque se ocupa un lugar en el espacio.”[3]

Del uso del collage, en el cual también despliega su maestría, comenta que es una disciplina que abre un abanico de “posibilidades de expresión, de recortes, pegando, acumulando”[4].

Finalmente, otro tema que resulta clave para construir los mensajes escultóricos que pretende es la textura. Con ésta se puede expresar “suavidad, fragilidad, dureza, sensualidad”, y por eso hay que poner atención en cómo se escogen y utilizan los materiales que determinarán el lenguaje de la obra.


[1] https://www.artehoy.com.mx/escultura/maribel-portela-colaboraciones-escultura-artehoy.php

[2] https://www.youtube.com/watch?v=VPodfAx0uIU

[3] Ibid.

[4] Idem.

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