Uno de los pocos (eso sí, muy queridos y respetables) rostros mediáticos vinculados al universo científico y con amplia popularidad en México, es el del conocido coloquialmente como El químico Guerra: Luis Manuel Guerra Garduño.

Su preocupación desde hace décadas por la salud del medio ambiente y las posibilidades de restauración sustentable y ecológica, ha hecho del químico Guerra una voz imprescindible para editoriales, programas radiofónicos y de televisión. Su opinión ha sido fundamental para señalar rutas que no continúan intoxicando el ecosistema.

Tiene una especialidad “en residuos peligrosos en Berlín. Es Fundador y fue presidente durante 23 años del Instituto Autónomo de Investigaciones Ecológicas, INAINE, realizó las primeras mediciones independientes de calidad del aire en la Ciudad de México y creó el primer programa voluntario de restricción del uso del automóvil, llamado Un día sin auto, en 1988”[1]. Este programa es quizá una de las acciones urbanas más memorables y útiles para disminuir la contaminación atmosférica que ha tenido la capital mexicana.

El químico Guerra es miembro fundador del Leadership Development Program, de la Fundación Rockefeller, y ha sido acreedor a muchas medallas al mérito, así como a reconocimientos en el ámbito de la sustentabilidad.

Imparte conferencias, habla alemán e inglés además de español, fue pionero del primer programa radiofónico en favor de la ecología en la década de los ochenta y, quizá lo que sella su nivel de congruencia, es que “vive desde hace 30 años en una granja ecológica sustentable en las montañas del sur de la Ciudad de México, en donde ha plantado más de un millón cien mil árboles”[2].


[1] https://www.divulga.com.mx/secc-semblanza.php?id=275

[2] Ibid.

Comments are closed.