El espíritu inquieto de Héctor Uriel Mayagoitia Domínguez, nacido en Victoria de Durango, Durango, hace un siglo, marcó para bien la vida académica y política del país.

Químico, parasitólogo, bacteriólogo y político, fue gobernador de Durango de 1974 a 1979 y miembro del Partido Revolucionario Institucional. Ocupó cargos públicos muy diversos, siempre vinculados con la educación, la ciencia y los estudios superiores[1]:

…fue Director del Instituto Politécnico Nacional, cargo que ostentó hasta 1982. En 1983 fue nombrado director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT) y en 1988 fue elegido senador por Durango, puesto que ocupó hasta 1991…

Según una nota de esta misma semana, sobre su fallecimiento, el legado de Mayagoitia Domínguez “se refleja en numerosas publicaciones, reconocimientos y cátedras que llevan su nombre, así como en una actitud ante la vida que sigue inspirando a las generaciones de politécnicos. Su contribución al IPN y a la sociedad mexicana será recordada con gratitud y admiración”[2].

Rondando los cien años de vida, orgullo para el México académico, Mayagoitia Domínguez decía para una publicación especializada del IPN[3]: “Mis maestros politécnicos son los que sembraron en mi ánimo, las semillas desde las que germinan las fuerzas que impulsan, hasta hoy, mi existencia”.

Es inagotable su currículo y lo son también sus aportaciones al IPN, además de que, lo más sorprendente, era su sonrisa, su optimismo y su filosofía de vida.

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[1] https://www.ipn.mx/assets/files/sustentabilidad/Conocenos/Transparencia/Curricula-Hector-Mayagoitia.pdf

[2] https://oncenoticias.digital/agenda-ipn/fallece-hector-mayagoitia-inspiracion-de-la-comunidad-politecnica/290683/

[3] https://www.ipn.mx/assets/files/ccs/docs/gaceta-seleccion/2023/02/g-158-m.pdf

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