A medida que envejecemos vamos perdiendo las habilidades motoras finas, el equilibrio, la flexibilidad y la fortaleza, lo que implica que perdemos también la agilidad motriz. La buena noticia es que recuperar la agilidad sí se puede, y es cuestión de practicar y hacer ejercicios muy precisos.

Hacer bailarinas, como muchos futbolistas, que son caminar o trotar despacio, de manera lateral, como cangrejos, primero con un pie y después con otro, comenzando lentamente y después cruzando el otro pie, es algo muy recomendable si se realiza con cuidado.

Asimismo, hacer saltos de tijera con un bajísimo impacto o sin despegar los pies del piso, sólo con las puntas, también nos puede ayudar. Boxear o hacer sombras como si se fuese a boxear es asimismo recomendable. Jugar con alguna raqueta deportes como bádminton, tenis, paddle tenis, también puede funcionar. De hecho, algunos de los videojuegos deportivos de realidad virtual representan una manera segura de ejercitar estos movimientos que promoverán nuestra agilidad motriz.

Hacer todo tipo de estiramientos con regularidad, si los practicamos diariamente, sirve mucho para mejorar la agilidad del cuerpo.

Saltar de bajo impacto, zigzaguear, bailar y el juego con aro llamado hula hula, también son movimientos que contribuyen a la mejora de nuestros reflejos y velocidad de reacción.

La definición de agilidad puede orientarnos hacia cuáles ejercicios podemos hacer[1]:

“La capacidad de realizar distintos tipos de movimientos con diferentes direcciones y sentidos, de la forma más rápida y precisa posible.”

Cabe recordar que todo ejercicio debe de ser supervisado por profesionales en Medicina y rehabilitación física, tomando en cuenta el historial clínico de cada paciente.

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

 

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[1] https://bit.ly/3X0mhQH

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