Existen diversos factores importantes por lo cuales las personas adultas mayores restringen su movimiento, ven mermada su movilidad y hacen muy poco ejercicio cardiovascular o de cualquier tipo, siendo indispensable para conservar una salud más o menos buena, realizar rutinas y hacer ejercicio cotidianamente.

A cierta edad suele haber molestias en columna, rodillas, poca elasticidad, falta de visión y equilibrio y, sin embargo, hay manera de continuar haciendo ejercicio sin que pongamos en riesgo nuestra estructura ósea o salud corporal. Lo que debemos erradicar es pensar en hacer esfuerzos extraordinarios o de un jalón y tampoco ejercicio de alto impacto.

Entre las rutinas de ejercicios que pueden hacerse, una vez consultada a su doctora o doctor de cabecera o a su especialista en fisioterapia es caminar, nadar, bailar, hacer estiramientos suaves; todo esto con constancia, siempre calentando antes de hacerlos y enfriando el cuerpo al finalizar.

Una de las rutinas que podemos incorporar a la vida cotidiana es, también, simplemente no dejar de hacer nada de lo que hagamos (que nos cueste algo de trabajo físicamente) y realicemos esos movimientos con plena conciencia, respirando, estirando, como si fuesen ejercicios en lugar de las actividades necesarias para sobrevivir. Un ejemplo simple, si nos cuesta trabajo ponernos los zapatos, quizá debamos sentarnos en un lugar en donde con toda certeza no podamos caernos y sí proceder a ponernos nuestros zapatos como si ese en sí fuese un ejercicio de estiramiento.

Hacer bicicleta estática si se tiene, así como armarse de un juego de ligas y pesas muy ligeras también puede ayudar a integrar rutinas de ejercicios para todos los días.

 

 

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

 

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