Desde que el Homo sapiens se erigió como tal, desde que socializar y comunicarse con otras y otros de su especie fue esencial y único del ser humano, la comunicación no verbal, o expresión corporal, se colocó en la base de todo contacto con el mundo exterior.

La expresión corporal es la forma natural, primigenia y espontánea de la persona para decir lo que siente, quiere, puede, desea y hace. Sin embargo, las palabras, el lenguaje, pueden distorsionar la intención comunicacional del sujeto: a veces pueden no ser posibles (para las personas con discapacidad auditiva o del habla, o simplemente por hablar diferente idioma) y, sin embargo, el cuerpo entra para completar los mensajes.

Se estudia la expresión corporal desde hace algunos lustros: el histrionismo físico, teatral, los ejercicios básicos para complementar o enfatizar algún mensaje, como método terapéutico para fortalecer la capacidad comunicacional de las personas adultas mayores. Dice un estudio de revista científica española, de 2005[1]:

La expresión corporal en los mayores es un medio para que desarrollen su

espacio interno y externo, y lo es porque es una de las formas más natural y menos convencional que tiene el ser humano para poder expresarse de diferentes maneras que hará que, en futuras sesiones o clases, se avance hacia el bienestar físico-motriz, psicológico y socioafectivo.

Ensayar o practicar gestos, caras, posturas, puede ser divertido y útil, además de ayudarnos a afinar nuestra comunicación intersubjetiva. Aquí recordamos algunos enunciados universales de hombres y mujeres, hechos con el cuerpo[2]:

Entrelazar los dedos de las manos cuando alguien nos habla, significa, generalmente, una actitud negativa y transmite ansiedad o represión. En cambio, unir puntas de los dedos y manos significa confianza y seguridad, si bien puede confundirse con arrogancia.

Sentarse con una pierna elevada y apoyada sobre la otra, revela una actitud competitiva o como preparación para una discusión. Cruzar las piernas puede mostrar una actitud defensiva y cerrada. En un contexto social, cuando una persona adapta esta postura con brazos y piernas cruzadas significa que no está sumergida en la conversación. En un contexto de negocios significa que la persona está cerrada mental, emocional y físicamente.

Contactos:

Celeste Franco Palomera Zadoc Fuentes Marín

Profesores de danza

Sandra Luz Cortés Herrera y Gonzalo Jiménez Pérez

Bailarines


[1] file:///C:/Users/Admin/Downloads/572-Texto%20del%20art%C3%ADculo-2222-1-10-20160705.pdf

[2]

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