Dos éxitos discográficos, promovidos comercialmente por la industria cinematográfica y musical estadunidense de los años setenta, son la pauta para el baile discotequero o al ritmo de Disco que ha marcado a generaciones enteras. Éstos son: Fiebre de sábado por la noche y Gracias a dios es viernes.

El primero fue el álbum del grupo Bee-Gees que formaba el soundtrack de la película protagonizada (bailada) por John Travolta, la cual marcó la tendencia de moda, baile y manera de ser y vestir de una generación entera.

Los bailes, atrevidos para la época, que ameritaban flexibilidad corporal, fueron imitados por decenas de mujeres y hombres jóvenes, que bailaron esos años en discotecas con esferas de espejos y luces láser programadas electrónicamente al ritmo del beat.

En la segunda película y álbum, Gracias a dios es viernes, participaron diversos músicos y cantantes, como Donna Summer, la reina del pop y de la música Disco. Las tendencias de baile Disco promovían entonces (como ocurre ahora) hacer ejercicio de manera divertida y sin proponerse necesariamente una rutina deportiva.

Bailar a ritmo de Disco tiene la ventaja de ser tan fácil o difícil como se quiera o requiera y, como su beat es reiterativo y sencillo, se marcan los pasos y movimientos corporales con gran facilidad.

La película Fiebre de sábado por la noche tiene como trama principal un concurso de baile, por lo que durante todo el filme, el ensayo, los pasos y las rutinas dominan y acompañan el romance, que desde luego es parte del relato central.

Dos pasos para un lado y dos para el otro, con movimiento de hombros y brazos que lo acompañan, forman los movimientos más sencillos del baile Disco, y pueden ser muy entretenidos y benéficos para la salud.

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