Hace unas semanas Doña Carmen Gamino López nos preguntaba: “¿Cómo volver a salir después de la pandemia?” Esta pregunta tiene mucho sentido, porque el encierro ha provocado cierta inseguridad en algunas personas. En materia de salud mental, se han incrementado los casos de depresión y ansiedad; otras personas desarrollaron ese miedo exagerado a ser tocadas, conocido como hafefobia. También se hizo popular el término síndrome de la cabaña, para referirse a las personas que no salen de casa porque el miedo incontrolable a infectarse las domina.

El miedo es una emoción natural, todos los seres lo experimentamos, pero no debemos de permitir que bloquee nuestras actividades ni mucho menos que se adueñe de nuestra vida: “Ya no voy a poder ver a mis nietos, por el miedo que me paraliza” “Ya no salgo por víveres porque tengo miedo a infectarme” “Me aislé totalmente porque temo al coronavirus”.

El problema no está en cuidarse, insisto, sino en creer que fuera de casa estoy totalmente vulnerable.

La sana distancia, el uso del tapabocas y el constante lavado de manos han sido muy buenos recursos para que muchas personas continuemos con nuestro trabajo. Muchos centros laborales, restaurantes, clínicas, farmacias, desinfectan mesas, cubiertos, mostradores, usan materiales desechables, en fin, nos las ingeniamos para continuar la vida, no para cancelarla, esa es la gran diferencia.

Empiece a salir poco a poco, recorra distancias cortas, retome con calma sus rutinas, pero si el miedo le domina, pida ayuda. Hay muchos profesionales que podrán apoyarle y orientarle para superar esto que hoy le limita.

Comments are closed.