“Mi salud, mi derecho” es el lema con el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra hoy, precisamente, el Día Mundial de la Salud. Y quiero destacar la reflexión en torno a un tema que aún no se visibiliza en toda su magnitud: los derechos sexuales post reproductivos.

Sí, el hecho de que las mujeres terminemos con nuestro ciclo reproductivo no significa que ya no necesitemos ni merezcamos calidad en los servicios de salud. ¡Claro que no! La supervivencia y la longevidad que ahora disfrutamos exigen que seamos beneficiarias de servicios óptimos y asequibles como mastografías, densitometrías óseas o revisiones generales para prevenir diferentes tipos de cáncer (mama, cérvico-uterino, de ovario), ya que, con el paso de los años, aumentan los riesgos.

Es fundamental atender a mujeres con secuelas de violencia obstétrica, cuyos signos pueden aparecer años después, así como facilitar los tratamientos para la transición durante el climaterio y las diversas manifestaciones en el cuerpo femenino. En otras palabras, las mujeres adultas mayores necesitamos atención profesional y un trato adecuado en los años posteriores a la reproducción.

“Mi salud, mi derecho”, proclama la OMS en su 75º aniversario, y nos recuerda la importancia de no perder de vista que la salud sexual es un derecho humano sobre el que también debemos reflexionar en este día.

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