Es durante esta época del año, en la que las temperaturas incrementan, que las personas mayores debemos mantenernos hidratadas, aunque no tengamos sed.

Sí, esa es una de las quejas más frecuentes: “quieren que tome agua, pero yo no tengo sed”. Y es cierto: usted no tiene sed, pero su cuerpo necesita agua. Es bien sabido que con el transcurrir de los años, ese reflejo, la sensación de “tener sed”, disminuye o incluso desaparece en algunas personas mayores. Entonces, es cierto: usted no tiene sed, pero necesita agua.

El agua es fundamental para la vida. El agua transporta nutrientes a las células, ayuda a la digestión y a la evacuación, elimina las sustancias que nuestro cuerpo no necesita, regula la temperatura corporal, lubrica las articulaciones, evita los calambres, hidrata nuestro cerebro y nuestras mucosas, disminuye las infecciones urinarias. El porcentaje general de agua corporal disminuye en la vejez; así que tenemos que hidratarnos constantemente, aunque no tengamos sed.

Es necesario tomar de 6 a 8 vasos de agua durante el día, independiente del café o té que consumamos. Debemos tomar los medicamentos acompañados de agua, al igual que nuestros alimentos. La deshidratación es un riesgo para las personas mayores. Nadie puede beber agua por usted. El autocuidado es un derecho: ¡ejérzalo!

 

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