El Cafecito

Usted de seguro ha escuchado la expresión: “Es que lo hacemos por su bien”. Pero habrá que precisar que tratándose de personas mayores funcionales, no podemos decidir ni hablar por ellas. Lo hemos dicho en muchas ocasiones y lo diremos todas las veces necesarias: las personas mayores no somos menores de edad y tenemos derecho a decidir sobre las cosas importantes de nuestra vida.

Hijos o hijas deciden “que nos conviene vender la casa y que serán los responsables de cuidar nuestro patrimonio” No, muchas gracias. Otros afirman que el mejor lugar para pasar nuestra vejez es un asilo. No, muchas gracias. “Ya no estás en edad de manejar, te vamos a vender tu coche”. No, muchas gracias. Con el pretexto de que “lo hacemos por su bien”, “lo hacemos para que ella esté mejor”, se cometen muchas arbitrariedades con las personas mayores, con sus bienes y con su forma de vida.

Insistimos, si la persona mayor es funcional, si puede hacerse cargo de ella misma, si puede ir a comprar alimentos, medicinas, si se relaciona socialmente, no podemos tomar decisión alguna por ella, ni mucho menos sobre su vida. Si usted desea ayudar, tómeles en cuenta. Explíqueles lo que quiere cambiar y dé razones, escúchelos y decidan juntos si el cambio compete a ambas partes.

En España existe una campaña que dice: “trátales como te gustaría que te trataran a ti a esa edad”, y es buena propuesta. La situación cambia cuando involucra una enfermedad incapacitante, una demencia en progreso, y en estos casos lo que sugerimos es que los acuerdos lleguen mientras la persona pueda decidir.

Gracias a Alejandra Contreras, amiga televidente, por proponernos este tema.

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