Salvo problemas muy obvios o graves, damos por sentada la salud de nuestra piel, por lo que no la solemos cuidar como es debido. Sin embargo, los especialistas en dermatología dicen: “la piel es la puerta de entrada de cualquier enfermedad a nuestro cuerpo”. Por esta razón hay que mantener nuestra piel hidratada, vigilada, sin posibles riesgos para la salud en general.

Los síntomas en la piel, que nos hacen visitar a la especialista, son lunares o verrugas estéticamente incómodas; hongos; granitos fuera de control; quemaduras o hinchazón; o manchas y comezón.

Cinco sugerencias sencillas de la Clínica Mayo para cuidar la piel y mantenerla sana y radiante, son[1]: no fumar; protegerse del sol; tratar la piel con suavidad (algo poco común debido al uso popular de zacates, exfoliantes, cepillos, etcétera); llevar una dieta saludable y evitar el estrés.

Recordemos que[2] “la piel es el órgano más grande del cuerpo; lo cubre y protege; mantiene los fluidos corporales dentro del cuerpo, previniendo la deshidratación; lo protege contra las bacterias y los virus que pueden causar infecciones; lo ayuda a percibir el mundo exterior, si hace frío o calor, si está húmedo o seco; regula la temperatura del cuerpo, y elabora vitamina D cuando recibe los rayos del sol”.

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.


[1] https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/skin-care/art-20048237

[2] https://medlineplus.gov/spanish/skinconditions.html

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