La importancia de dormir bien, de corrido y de manera eficiente, no puede ser más subrayada en estos espacios dedicados al bienestar de las personas adultas mayores. Lo que se llama higiene del sueño consiste en no dormir ni de más, ni de menos, ni de manera entrecortada. De ser posible, esto se logra cuando se tiene una disciplina específica para dormir: siempre las mismas horas y en el mismo o semejante horario; cuando se duerme de corrido y profundamente; cuando se abarcan todas las etapas del sueño; cuando se despierta la persona sintiéndose que realmente descansó y no más cansada que antes de dormir.

Entre las recomendaciones clave están hacer ejercicio en el día, no pegado a la noche; no exponerse a pantallas, televisión o teléfonos justo antes de dormir; no tomar exceso de agua antes de dormir para no tener que ir al baño durante la noche; leer algo agradable, meditar o colocar pensamientos tranquilizantes antes de dormir; relajar el cuerpo, la mente y las emociones.

Durante el sueño, psicológicamente hablando, recuperamos lo que hicimos en el día, repasamos la vida, los deseos y resolvemos los pendientes; en los sueños se expresa nuestro archivo inconsciente, y eso resulta muy sano en la medida en la que podamos tener horas de sueño buenas, profundas y de corrido.

Otras recomendaciones especializadas para mantener una buena higiene del sueño son[1]:

“Prestar atención a establecer un horario diariamente para irse a dormir y despertarse, teniendo en cuenta la edad; si se tiene la costumbre de tomar siesta no exceder los 30 minutos de sueño diurno; evitar ingesta excesiva de alcohol, cafeína, chocolate, refresco y alimentos pesados previo a acostarse; realizar ejercicio regularmente, pero no justo antes de dormir; mantener la habitación bien ventilada; usar ropa cómoda; bloquear ruidos que distraen; evitar el uso del móvil, tabletas o computadoras; eliminar la mayor cantidad de luz posible; reservar su cama para dormir; realizar un cierre de actividades del día mentalmente.”

El trajín de la modernidad y la cantidad de uso de aparatos digitales ha impulsado, incluso, las clínicas del sueño y a las y los especialistas médicos en que una persona duerma mejor. También se pueden hacer pruebas de laboratorio sobre la calidad del sueño y mucha gente acude a estas personas para que les ayuden a dormir bien.

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

 

________________

[1] https://bit.ly/45xypMR

Comments are closed.