La medicina[1]es el “conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir”, de acuerdo con la Real Academia Española.
Como se observa, en el centro de la definición caben tanto la medicina alternativa como la medicina alópata.
Básicamente, la diferencia entre una y otra es el sistema de comprobación para medir o verificar su eficacia y efectividad: la medicina alternativa, que en su sentido más amplio es la primera medicina de la historia, se va comprobando de manera más empírica; mientras que la medicina alópata sigue el tradicional método científico, el cual tiene apenas un par de siglos de existencia y al que se apega la mayoría de los y las médicos y personal de la industria farmacéutica, que ha caminado en paralelo a ésta.
Algunos mitos y realidades de la medicina alternativa pueden servirnos para normar criterios respecto a ésta, además de tomar en cuenta que nada es todo; o, por lo menos, no suena lógico que lo sea. Es decir, un sólo tratamiento, medicamento o cura aplicable a todo, sólo existe en la imaginación.
Entre los mitos de la medicina alternativa están[2]:
No se debe de comentar con los médicos de cabecera que se está llevando un tratamiento alternativo (atención: siempre hay que decirle todo a la persona que nos esté tratando); no son invasivas o dolorosas las opciones alternativas (no siempre es así) y, como son naturales, las opciones de medicina alternativa jamás hacen daño (falso: hay muchos tóxicos en la naturaleza, algunos inclusive ocasionan la muerte).
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
[1] https://dle.rae.es/medicina
[2]https://www.nationalmssociety.org/NationalMSSociety/media/MSNationalFiles/Spanish/Mitos_CAM_Myth.pdf
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