Lo certifica el sentido común y es algo experimentado por todas las personas: el bienestar derivado de cuando se duerme bien, a fondo y suficientemente; mientras que se padece todo el día cuando no hubo un sueño restaurador durante la noche.

Despojarse del estrés del día es fundamental, y puede lograrse con algunos actos sencillos, siempre y cuando la química del cuerpo no esté tan desbalanceada que no se logre dormir (en cuyo caso es necesario comentarlo con alguna persona profesional de la salud, o incluso algún psicólogo o psicóloga).

Lo primero aconsejable para un buen dormir y descansar, sobre todo para despejar la mente, es hacer un recorrido, sin juzgar los hechos, de todo lo que ha acontecido en el día; paso por paso, rápidamente, sin detenerse.

También es importante no estar expuesto a pantallas de luz, como computadoras o celulares, por lo menos una hora antes de dormir, ni tampoco haber hecho mucho ejercicio cardiovascular antes de meterse a la cama.

Meditar, respirar relajadamente e intentar no pensar en temas que nos preocupan es, asimismo, importante para facilitar el descanso.

Evitar cenas pesadas o demasiadas bebidas, como cafeína, alcohol o tabaco, también puede ayudarnos a dormir.

No dormir durante el día o, acaso, tomar siestas muy cortas, nos asegura tener el sueño requerido para dormir por lo menos 8 horas diarias; de preferencia, en horarios regulares, siempre los mismos, sin interrupciones.

Haber hecho ejercicio durante el día y tener una habitación lo más silenciosa y ordenada también contribuye a que podamos gozar un buen sueño[1].

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.


[1] https://www.resetjuice.com.mx/blogs/tips-reset/tips-para-dormir-mejor?gclid=Cj0KCQiAqbyNBhC2ARIsALDwAsAxlWNyhbOA3adoDom2wIAYMsANHygkR-_EEQwhJMwdKo2Ilf8nsqsaAkHkEALw_wcB

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