Hace lustros que comenzó de nuevo –esto ocurre cíclicamente– la sospecha de los beneficios de la medicina tradicional y de los remedios científicos para mantener el cuerpo y la mente en óptimas condiciones. Digamos que se ha sufrido una suerte de retorno a los conocimientos y las prácticas ancestrales para conservar la salud, tema que también ocurrió en los años sesenta y setenta.

Cada vez se entremezclan más las diversas áreas del conocimiento, lo que para la Medicina significa que las premisas referentes a la mente, como centro de control de la salud, regresaron con mucha fuerza. Por ello, vale la pena tomar en consideración que muchas personas especialistas aseguran que las emociones, la salud mental y la salud del cuerpo están estrechamente vinculadas[1]:

“[…] en equilibrio dinámico y codeterminados por variables de tipo biológico, psicológico y social, todas ellas en constante mutación. Si bien en varias de las revisiones que se encuentran en la literatura moderna se hace referencia a cómo la salud física interviene en estados emocionales positivos, poco se habla de esta relación en sentido inverso. La salud humana es un proceso complejo sustentado en la base de un equilibrio biopsicosocial […]”.

Baste observar cómo superan las enfermedades quienes tienen una actitud más positiva, contra quienes se quejan todo el día. Ahora bien, los terrenos de la opinión y la subjetividad siempre se deben de tomar con cuidado, pero vale la pena tratar de comprender desde otra área los problemas de salud, y fomentar en nuestro cerebro una lectura menos pesimista de los sucesos que, inevitablemente, nos acontecen.

 

NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.

 

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[1] https://psicologiacientifica.com/emociones-y-salud-psicologico-fisiologico/

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