Las infecciones en vías urinarias en las personas adultas mayores son mucho más frecuentes por varias razones, por ejemplo: resulta más complicado una limpieza adecuada cuando se pierde movilidad; la falta de movimiento ocasiona que se acumulen más gérmenes y bacterias; porque no se puede ir con tanta frecuencia al baño, y tampoco se logra una higiene tan precisa como cuando se es joven; y, finalmente, porque a veces hay algunas fugas no previsibles de orina. Las sondas, catéteres y cambios hormonales también predisponen a las personas a padecer este tipo de infecciones[1].
Las consecuencias de infecciones urinarias pueden ser bastante molestas y extrañas, en cuanto a que se expresan mediante síntomas emocionales o mentales: intranquilidad, irritabilidad, decaimiento, confusión, desorientación, excesivo cansancio al realizar tareas cotidianas, sensación de sed no explicable y dolor de cabeza[2].
Beber mucha agua; cambiarse frecuentemente de ropa interior y utilizar telas no sintéticas; ir al baño cuando se requiera; limpiarse de adelante hacia atrás (en el caso de las mujeres); no sentarse en superficies poco limpias, son algunas de las recomendaciones para prevenir las infecciones en vías urinarias.
Es importante reconocer que tanto hombres como mujeres están predispuestos, en caso de no mantener una correcta higiene, a padecer este tipo de padecimiento.
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
[1] https://fundacionsanrafael.org/infecciones-de-orina-frecuentes-causas/#:~:text=Las%20infecciones%20de%20orina%20no,no%20las%20hace%20menos%20peligrosas.
[2] Ibid.
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