Vivimos en una era digital donde dejamos una huella que es nuestra responsabilidad. Si queremos evitar problemas a nuestros seres queridos cuando fallezcamos, es importante considerar nuestro legado digital y cómo gestionarlo. Esto implica hacer testamentos, organizar archivos, sistematizar documentos y dejar explícitas nuestras voluntades con respecto a nuestra presencia en línea[1]:
Un legado digital es el conjunto de datos electrónicos que un usuario deja en su disco duro o en Internet al fallecer, a menudo protegido por contraseña. Esto incluye perfiles en redes sociales, cuentas en línea, correos electrónicos, almacenamiento en la nube, licencias, historiales de chat, medios de pago, entre otros. Este tema novedoso y complejo en el derecho sucesorio presenta grandes interrogantes tanto para legisladores como para usuarios y sus familias.
Cuando ya no estemos aquí, será importante determinar qué sucede con nuestros perfiles en plataformas como Facebook, Instagram, Twitter, Youtube y correo electrónico. También es esencial organizar servicios financieros en línea, como banca en línea, servicios de pago (PayPal, Google Pay), tiendas en línea (Amazon, Mercado Libre), plataformas de criptomonedas (Bitcoin), servicios de streaming (Netflix, Spotify) y cuentas de Apple o iCloud, así como aplicaciones que contengan nuestros datos.
Todo esto es necesario para evitar que nuestro legado digital caiga en manos equivocadas o se convierta en una carga para nuestros seres queridos, amigos o herederos. Por lo tanto, es importante decidir qué hacer con esta herencia y proporcionar rutas, claves o contraseñas específicas a las personas a las que deseamos legarlas, de modo que puedan acceder a las cuentas deseadas y nuestras huellas digitales se desvanezcan cuando ya no estemos aquí.
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[1] https://www.ionos.mx/digitalguide/paginas-web/derecho-digital/la-herencia-digital/#:~:text=En%20%C3%A9l%20se%20incluyen%20los,%2C%20servicios%20de%20pago%2C%20etc.
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