Muchas personas suelen salir de vacaciones en verano y la industria turística lo sabe: a veces se aprovecha de esta circunstancia y abusa del consumidor. Entre los consejos básicos legales que se deben de tomar en cuenta para ahorrarse contratiempos, demandas y corajes, están los siguientes:

  1. Leer a fondo y de manera completa (entendiendo todo y preguntando, en caso de que no sea clara la información) los contratos, servicios, indicaciones de hospedaje y documentos que se tengan a la mano antes de proceder a pagar o a reservar. En caso de que no se tenga esta información clara o explícita (por ejemplo, devoluciones, descuentos, ofertas, requisitos), se vale consultar y preguntar de nuevo al oferente del servicio.
  2. Tener los teléfonos, los datos, el correo y el contacto a la mano tanto de la Procuraduría Federal del Consumidor[1], como de quienes ofrecen servicios gratuitos de asesoría jurídica para personas adultas mayores[2].
  3. Cuando se combinan destinos, vigilar y prever horarios y medios de transporte, cómo funcionan los reembolsos en caso de retrasos, qué ofrecen las aerolíneas en caso de que se pierdan conexiones, y cómo se puede evitar que todo el viaje se arruine en caso de que alguna parada falle.

 

Recuerde no publicar en redes sociales su viaje, porque hay quienes están atentos a esto para delinquir vía electrónica. Si sale al extranjero, revise cuáles son los requisitos migratorios para el turista, de tal manera que no le sorprendan. Finalmente, asegúrese de dejar bien cerrada su casa y avise a vecinos o familiares de confianza que puedan estar pendientes de su hogar.

[1] https://www.gob.mx/profeco

[2] https://www.gob.mx/tramites/ficha/asesoria-legal-para-personas-adultas-mayores-en-el-inapam/INAPAM2007

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