Una hernia discal, “hace referencia a un problema con uno de los amortiguadores cartilaginosos (discos) que se encuentran entre los huesos que se apilan para formar la columna vertebral. Estos huesos se llaman vértebras[1]. Aquellas pueden ocasionar dolor y, por lo tanto, se sugiere que antes de pensar en cirugías o de tomar demasiados analgésicos, se prueben algunos ejercicios que ayudan a separar un poco los discos y fortalecer la zona, de tal manera que no se apriete la hernia.
Muchas personas que padecen hernia discal han resuelto sus molestias a partir de ejercicios y fisioterapia. La recomendación, como siempre se subraya, es consultar con una persona profesional de la salud y de la terapia física, para saber qué es lo que recomienda para cada paciente; sin embargo, a continuación, desglosaremos tres ejercicios relativamente fáciles para recuperarse de una hernia discal.
Entre los ejercicios más sencillos se encuentran:
1) Ejercicio hernia discal L5S1: Este es uno de los más efectivos para estirar la parte inferior de la espalda y mejorar el movimiento lumbar en la zona L5- S1 de la columna (también llamada “articulación lumbosacra”). Para realizarlo, iniciamos acostándonos en el suelo, sobre la espalda. Las rodillas deberán estar a un ángulo de 45 grados. Tomar la pierna izquierda por detrás de la rodilla y acercarla hacia el pecho. Mantener esta posición durante cinco segundos. Volver a la posición inicial. Hacer esto 10 veces con la pierna izquierda y 10 con la derecha. Descansar 20 segundos y repetir la serie 3 veces.
2) Contracción abdominal isométrica: Nos acostamos boca arriba en el suelo sobre la espalda. Doblamos rodillas en un ángulo de 45 grados. Contraemos los músculos de la zona abdominal y, luego, aplanamos espalda contra el suelo (debemos eliminar la curvatura lumbar) manteniendo los músculos abdominales contraídos durante el ejercicio. Repetimos esta contracción 15 veces, descansar 20 segundos y luego repetir la serie 3 veces.
3) Superman en cuadrupedia: Nos colocamos con manos y rodillas apoyadas en el suelo; levantamos una pierna y estiramos el brazo contrario, manteniendo esa posición al menos durante 10 segundos. Posteriormente, cambiamos de pierna y brazo. Descansamos 20 segundos y repetimos todo 3 veces[2].
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
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