Mantener una buena postura no es fácil cuando el cuerpo está adolorido. Sin embargo, si no procuramos enderezarnos esto se vuelve un círculo vicioso que afecta no solamente nuestra estructura ósea, sino que también acaba molestando a todo el organismo.
Las personas especializadas en fisioterapia aseguran que caminar, simplemente caminar bien, puede ser el gran ejercicio para mejorar la postura corporal. No obstante, hay que caminar procurando recuperar esa postura buena, que implica: “que los hombros deben estar hacia atrás, el cuello erguido y el abdomen contraído. Al caminar, también es importante prestar atención a la posición de los pies y asegurarse de que estén apuntando hacia adelante”[1].
La postura en personas adultas mayores, si es correcta, nos puede ayudar a tener una mejor movilidad, un mayor equilibrio y balance (lo cual nos ayuda a evitar caídas) y a mantenernos con una imagen menos vulnerable. Hacer yoga periódicamente, con alguna supervisión profesional, es algo muy útil para recuperar la postura idónea del cuerpo; mover los hombros, estirar espalda y estirar pecho, recostarnos o recargarnos sobre superficies planas, también es algo muy útil y no difícil.
Otro ejercicio que podemos hacer sobre una colchoneta para yoga o sobre algún colchón firme es la “elevación de pelvis o puente”[2]:
“Acostarse boca arriba, con los brazos a los costados del cuerpo y las rodillas flexionadas. El apoyo se da con la planta de los pies y la parte superior de la espalda.
Posteriormente, elevar la pelvis con cuidado, presionando los pies con fuerza y manteniendo el abdomen contraído. Permanecer en esta posición durante 20 segundos y regresar al suelo.”
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
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