Parece mentira, pero caminar, una de las primeras actividades que aprendimos a realizar desde bebés, puede ser olvidado con el paso del tiempo. Por esta razón, algunas personas adultas mayores, experimentan dificultades al caminar, lo que en ocasiones provoca lesiones en la espalda, la columna o las piernas. Es posible que presenten cojera, que se inclinen hacía un lado con mayor frecuencia y que adopten posturas encorvadas. En estos casos, es importante recordar y practicar la forma correcta de caminar.
Para mejorar la marcha, es necesario realizar ejercicios previos que nos permitan repasar los patrones de movimientos cruzados. Esto implica que, al avanzar con un pie, el hombro contrario debe moverse hacia adelante, y viceversa. Mantener la cabeza erguida también es fundamental. Asimismo, los pies deben moverse uno tras otro, apoyando primero el talón, luego la planta y finalmente la punta[1]. Estos movimientos suelen realizarse de manera inconsciente hasta que alguna molestia, largos periodos de inactividad, problemas de artrosis y desequilibrios hacen que caminar se convierta en una tarea compleja y problemática. Si existe alguna molestia al caminar es importante atenderla para prevenir padecimientos más delicados.
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
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[1] https://www.youtube.com/watch?v=_CCSbLloUtI
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